El Papa, sobre Vatileaks: «La Iglesia está guiada por el Espíritu Santo» - Alfa y Omega

El Papa, sobre Vatileaks: «La Iglesia está guiada por el Espíritu Santo»

Benedicto XVI se ha referido a la filtración de documentos vaticanos por la que su mayordomo se encuentra detenido. En la audiencia general del miércoles, el Papa mostró su apoyo a todos sus colaboradores y a quienes «me ayudan en el cumplimiento de mi ministerio»

José Calderero de Aldecoa
Familia en la misa de envío de los voluntarios del VII EMF en la catedral de Milán, el 27 de mayo de 2012.

El 24 de mayo, el mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, fue detenido por la supuesta filtración de documentos vaticanos reservados. La gendarmería italiana encontró en su casa documentos privados que habían sido enviados a Benedicto XVI y a su secretario Georg Gänswein. Gabriele trabajaba en el apartamento papal desde 2006.

El caso, conocido como Vatileaks, comenzó con la publicación de documentos confidenciales vaticanos por algunos medios de comunicación en Italia. Incluso se llegó a publicar un libro con el contenido de estas filtraciones.

Con el objeto de atajar el robo de documentos, descubrir a los implicados y evitar la publicación de archivos personales, Benedicto XVI creó una Comisón Cardenalicia. Al frente se encuentra el cardenal español Julián Herranz, de 82 años, expresidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos. También forman parte el cardenal Jozef Tomko, eslovaco, prefecto emérito de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, de 88 años, y Salvatore de Giorgi, exarzobispo de Palermo (Italia).

En la última audiencia general de los miércoles, celebrada el 30 de mayo, el Papa habló sobre «los acontecimientos sucedidos en estos días acerca de la Curia y de mis colaboradores», y aseguró que estos sucesos «han traído tristeza a mi corazón». Además, aludió a cómo algunos medios de comunicación «han multiplicado ilaciones (…) totalmente gratuitas y que han ido mucho más allá de los hechos». Benedicto XVI aseguró, ante miles de fieles, que se ha difundido «una imagen de la Santa Sede que no responde a la realidad».

El Santo Padre subrayó que tiene la «firme certeza de que, a pesar de la debilidad del hombre, las dificultades y las pruebas, la Iglesia está guiada por el Espíritu Santo y el Señor jamás le hará faltar su ayuda para sostenerla en su camino». Por todo ello, el deseo del Papa es «renovar mi confianza y mi aliciente a mis más estrechos colaboradores y a todos aquellos que cotidianamente, con fidelidad, espíritu de sacrificio y en el silencio, me ayudan en el cumplimiento de mi ministerio».

Soportar las pruebas y ofrecer consuelo

Dentro de su ciclo de catequesis dedicadas a la oración, Benedicto XVI se refirió a cómo, en san Pablo, orar supone «un encuentro verdadero y personal con Dios Padre, en Cristo, mediante el Espíritu Santo. En este encuentro entran en diálogo el fiel de Dios y el Amén confiado de los creyentes». En este encuentro, Dios «nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que también nosotros seamos capaces de consolar a los que se encuentran en cualquier tribulación», tal como se asegura en la Segunda Carta de san Pablo a los corintios.

El Papa, sin embargo, explicó que el consuelo no ha de entenderse como simple confortación, sino «como exhortación a no dejarse vencer por las tribulaciones y las dificultades. Es una invitación a vivir todas las situaciones unidos a Cristo, que carga sobre sí todo el sufrimiento y el pecado del mundo, para llevar luz, esperanza y redención. Así nos hace capaces de consolar a quienes se encuentran en cualquier clase de aflicción».

«Nuestra vida y nuestro camino cristiano —añadió el Papa— están marcados a menudo por dificultades, incomprensiones, sufrimientos. Todos lo sabemos. En la relación fiel con el Señor, en la oración constante, diaria, podemos sentir concretamente el consuelo que viene de Dios. Y esto refuerza nuestra fe, porque nos hace experimentar de modo concreto el de Dios al hombre en Cristo, la fidelidad de su amor, que llega hasta el don de su Hijo en la cruz».