Iglesias cristianas: «Es el momento de dejar el conflicto atrás» - Alfa y Omega

Iglesias cristianas: «Es el momento de dejar el conflicto atrás»

El secretario general de la Federación Luterana Mundial, Martin Junge, constata «un nuevo clima» entre las iglesias cristianas. La Comunión Reformada Mundial se adherirá el 5 de julio a la Declaración Conjunta sobre la Doctrina de la Justificación

Ricardo Benjumea
Celebración ecuménica en la UPSA, con el cardenal Blázquez, Martin Junge, Brian Farrell y Pedro Zamora. Foto: UPSA

La conmemoración con el Papa en Lund (Suecia) no será el único gran acto ecuménico por el V aniversario de la Reforma de Lutero. En la ciudad sajona de Wittenberg, la misma en la que el monje agustino clavó sus 95 tesis, la Comunión Reformada Mundial se adherirá el 5 de julio a la Declaración Conjunta sobre la Doctrina de la Justificación, suscrita en 1999 por católicos y luteranos, zanjando la principal controversia teológica que dio origen al cisma. Los metodistas se sumaron al documento en 2006 y los anglicanos lo hicieron en 2016, a falta solo de un acto solemne que se prepara en Londres.

«Hoy recogemos los frutos del diálogo teológico de las últimas décadas», afirma Martin Junge, secretario general de la Federación Luterana Mundial, en conversación con Alfa y Omega durante su participación en un congreso de teología ecuménica celebrado del 8 al 10 de junio por la Universidad Pontificia de Salamanca, que Junge clausuró en una liturgia ecuménica junto al cardenal Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal; el secretario del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos, Brian Farrell; y el pastor de la Iglesia Evangélica Española Pedro Zamora.

El reverendo chileno reconoce «el liderazgo ecuménico» que ejerce el Papa «en continuidad con sus predecesores», al tiempo que pone en valor el «afán» de los luteranos por «recordar a Lutero lanzando una fuerte señal de que es el momento de dejar el conflicto atrás y de abrirnos a la comunión que Dios nos promete».

En las últimas décadas se han producido más avances que en todos los siglos anteriores, si bien las partes son conscientes de que persisten grandes diferencias, desde la sucesión apostólica y la concepción sobre los sacramentos (en particular, la Eucaristía), a cuestiones más recientes como la ordenación de mujeres. Todo ello queda recogido en el documento Del conflicto a la comunión que anima a no desanimarse por los obstáculos y a proseguir el camino pendiente. Martin Junge destaca que existe un «nuevo clima». La búsqueda de la unidad se va interiorizando «en el día a día de nuestras Iglesias, algo que observo con mucha alegría», asegura.

Ese nuevo clima se plasma en aspectos como el esfuerzo por «releer la historia de otra manera». «Sabemos que nuestro pasado tiene partes muy dolorosas, pero podemos contarlas de forma diferente», asegura el secretario general de una organización que agrupa a 145 iglesias de 98 países, que representan a unos 75 millones de fieles. Las mayores iglesias no están ya en Europa, sino en África, concretamente en Etiopía y en Tanzania, en un proceso análogo al desplazamiento del centro de gravedad que se ha producido en la Iglesia católica hacia el sur. El presidente de la Federación Luterana, Munib Younan, es palestino; el secretario general, chileno. Y la Iglesia católica tiene un Papa argentino, todo lo cual ayuda a que pueda mirarse al pasado desde una mirada menos condicionada por los agravios históricos. Hablando de su común origen latinoamericano con Jorge Bergoglio, Junge resalta que «católicos y luteranos nos vinimos a conocer en los tiempos de las dictaduras militares, que fue donde nos reconocimos como hermanas y hermanos, ramas de la misma vid». Aunque acto seguido matiza que «hay razones más profundas que nos mueven en el camino hacia la unidad, y en ese sentido el diálogo teológico es imprescindible». También entre las propias comunidades reformadas, donde los luteranos llevan la voz cantante, buscando atraer al diálogo a comunidades hasta hace poco al margen de este proceso, como los pentecostales, con quienes han intensificado los contactos.