70 % de niños en poscomunión, y 250 padres en grupos de adultos: La catequesis que funciona - Alfa y Omega

70 % de niños en poscomunión, y 250 padres en grupos de adultos: La catequesis que funciona

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Foto: Parroquia Nuestra Señora de las Rosas

En la parroquia de Nuestra Señora de Las Rosas, al nordeste de Madrid, las catequesis familiares no son opcionales, sino obligatorias… «porque el 99 % de los padres las quieren así», explica Alfredo Delgado, vicepárroco del templo durante varios años y que ha ofrecido su experiencia en el Congreso del Equipo Europeo de Catequesis.

Los datos avalan esta forma de concebir la educación en la fe: el 70 % de los niños que hacen la Primera Comunión continúan después en poscomunión, y el 70 % de los padres se apuntan a algún grupo de formación de adultos.

«Nosotros lo que hacemos es tomarnos a los adultos en serio. Dialogamos con los padres de tú a tú y les hacemos una propuesta que les resulta significativa. Si se lo explicas bien, entonces lo entienden y se vinculan», señala Alfredo.

En Las Rosas –vinculada desde hace años al movimiento Adsis– se hace a los padres una propuesta a 15 años, ofreciéndoles acompañar a sus hijos durante la infancia, adolescencia y primera juventud hacia un encuentro significativo con Jesús. En la primera etapa, los tres años de preparación a la Primera Comunión, el método elegido es la catequesis familiar. Consiste en una reunión al mes en la parroquia, en la que en distintas salas pero de manera simultánea, padres e hijos trabajan sobre algún punto del Evangelio, adaptado a cada edad. Después, se da alguna actividad relacionada para realizar en casa: un juego, rellenar una ficha, algo para realizar juntos en familia. Y así hasta el mes siguiente. «Nosotros no queremos jugárnoslo todo a dos años, por eso no les hacemos venir todas las semanas, algo muy estresante para las familias en Madrid. La catequesis no puede concebirse como una extraescolar más en la que la final consigues el premio de la Comunión y luego ya no vuelves más. ¡Hay parroquias que incluso obligan a las familias a ir a Misa los domingos y firmar un parte de asistencia! Así quemas a las familias y a los niños, que se agotan y luego ya no quieren volver a la parroquia. Nosotros queremos romper ese esquema, dejar a las familias con ganas de más. La catequesis es un proceso largo y no podemos quemar ni al niño ni al padre», defiende Delgado.

Con este ritmo lento pero seguro, y con una tasa de continuidad envidiable, comienza la fase de poscomunión, con el acento puesto en los padres. Hay cuatro encuentros con ellos al año, «muy festivos», y a todos se les ofrece seguir vinculados a la fe que muchos empezaron a redescubrir los años anteriores. «Les proponemos leer un libro muy sencillo y luego comentarlo en grupo. Hay reuniones de adultos una vez al mes para quien quiera, con distintas ofertas muy asequibles». El resultado: la mayoría de estos 250 adultos que participan de estos grupos son padres que vienen de la catequesis. «Nos hemos dado cuenta de que «solo continúan en la parroquia los hijos de los padres convencidos, que han descubierto algo los años anteriores y quieren más», afirma Alfredo Delgado. «Los niños siguen lo que ven en casa, es evidente. El niño que viene a poscomunión es el niño que en casa está motivado. Si tu hijo ve que en casa rezas, él rezará. Si no, ya le puedes dar la Comunión que llegará un día en que dejará de rezar. Los padres son la clave de todo».

La tercera etapa se asemeja a la de cualquier grupo de jóvenes de cualquier parroquia, con la diferencia de que los jóvenes vienen de abajo, de la cantera de la catequesis, no hay que pescarlos por ahí. «Es un grupo muy armado y con mucha identidad, que crece casi solo, y que además es un foco de atracción para otros jóvenes amigos suyos», explica Delgado.

Todo este proceso a largo plazo surgió de escuchar a los padres: cada año hacen tres encuestas de satisfacción en la que piden a los progenitores su opinión. «Les tomamos en serio, les preguntamos qué les gusta y qué no, qué horarios les vienen mejor y cuáles no, qué les gustaría introducir… Queremos simplificarles la vida y que la catequesis sea realmente significativa para ellos».