Comienza el Congreso Eucarístico Internacional de Dublín - Alfa y Omega

Comienza el Congreso Eucarístico Internacional de Dublín

Dublín acoge, del 10 al 17 de junio, el 50 Congreso Eucarístico Internacional, con lema La Eucaristía: Comunión con Cristo y entre nosotros. En representación del Papa, el cardenal canadiense Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos, presidió el domingo una multitudinaria Misa de apertura. Para la clausura, se espera una intervención de Benedicto XVI por videomensaje

Redacción
Foto: CNS

Es la segunda vez que Irlanda acoge un Congreso Eucarístico Internacional, tras el celebrado en 1932. Esta vez, sin embargo, hay un claro foco de atención local. La Iglesia y la sociedad en este país están todavía por la revelación de casos de abusos sexuales en pasadas décadas. «Mi esperanza es que la Iglesia en Irlanda salga reforzada en su identidad de comunión entre la gente», ha dicho el Legado Pontificio, el cardenal Ouellet.

Cada día del Congreso gira en torno a un tema, que se desarrollará en la sesión plenaria: una catequesis, testimonios y la Eucaristía. Entre los participantes, figuran, entre otros, el cardenal Peter Turkson, Presidente del Consejo Pontificio Justicia y Paz; el Presidente del Consejo Pontificio Cor Unum, cardenal Robert Sarah; el Primado de Irlanda, cardenal Sean Brady; el cardenal André Vingt Trois, arzobispo de Paris; monseñor Fouad Twal, Patriarca Latino de Jerusalén, y la Presidenta del Movimiento de los Focolares, Maria Voce. Además, habrá tres espacios -uno en el recinto y dos iglesias- destinados a la Adoración. Uno de ellos, la parroquia de Nuestra Señora de la Paz, tendrá expuesto al Santísimo toda la noche, y durante el día albergará oración y otras actividades para los niños y sus padres. También se ha elaborado un programa para jóvenes, y otro de actividades abiertas al público en 34 parroquias de toda la ciudad.

El Congreso Internacional de Dublín es el número 50, y 50 son también los años que han pasado desde la apertura del Concilio Vaticano II. Esta feliz coincidencia fue resaltada en el Simposio Teológico celebrado la pasada semana en Maynooth, dedicado precisamente al Concilio. En este Simposio, participó también el cardenal Ouellet, con una conferencia sobre La eclesiología de comunión en el Concilio.

Además de este Simposio, en los últimos meses se han organizado en Irlanda todo tipo de iniciativas en preparación a este Congreso. En 2011, se celebró un Congreso Eucarístico Nacional en el santuario mariano de Knock, y varias diócesis organizaron Congresos Eucarísticos diocesanos.

Los Congresos Eucarísticos Internacionales se celebran desde finales del siglo XIX, pero desde el Concilio Vaticano II se celebran cada cuatro años en una gran ciudad del mundo, alternándose una de Europa con otra extraeuropea. El director de la revista Ecclesia y canónigo de la catedral de Sigüenza, el sacerdote Jesús de las Heras, ha explicado la historia y la misión en la actualidad de estos Congresos, en un artículo publicado tanto en la web diocesana, como en Ecclesia digital. Escribe, entre otras cosas:

Al servicio de la Santa Sede

Los Congresos Eucarísticos Internacionales nacieron a finales del siglo XIX, en 1881, en la ciudad de Lille, por iniciativa de una mujer Émilie-Marie Tamisier (1834-1910), discípula de san Pedro Julián Eymard (1811-1868), definido el «apóstol de la eucaristía», y posteriormente del Beato Antoine Chevrier (1826-1879), fundador del instituto secular del Prado. Bendecidos por el Papa León XIII y puestos al servicio de la Santa Sede desde su inicio, los Congresos desarrollaron la doble dimensión de la piedad eucarística y de la influencia social de la eucaristía con el fin, -tal como rezaba el antiguo Reglamento general de la Obra- de «dar cada vez más a conocer, amar y servir a nuestro Señor Jesucristo en el Santísimo Sacramento […] y trabajar así para extender su reinado social en el mundo» (art. 1), todo ello en contra de las expresiones de una modernidad que cifraba en la religión uno de sus mayores antagonistas.

La Obra de los Congresos tuvo un inicio modesto en 1881 en Lille, en la región francesa del Paso de Calais, pero en pocos años la pequeña semilla creció hasta convertirse en un movimiento eucarístico mundial capaz de alcanzar, pasando por las grandes capitales europeas, las ciudades más importantes de todos los continentes: Jerusalén (1893) Montreal (1910), Chicago (1926), Sídney (1928), Buenos Aires (1934), Manila (1937), Río de Janeiro (1955), Nairobi (1985), Seúl (1989), Guadalajara (2000) y Quebec (2008). España ha acogido el Congreso Eucarístico Internacional en Madrid en 1911, en Barcelona en 1952 y en Sevilla en 1993.

Los Congresos Eucarísticos y la nueva evangelización

Los Congresos Eucarísticos Internacionales siguen siendo, por lo tanto, junto con las Jornadas Mundiales de la Juventud, los Encuentros Mundiales de la Familia, el Día Mundial del Enfermo y otras iniciativas itinerantes y de esta naturaleza, un recurso extraordinario para testimoniar, mediante la celebración periódica de su statio orbis, que la eucaristía es la fuente de la vida de la Iglesia y la cumbre irrenunciable de todo itinerario cristiano.

El cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos, y legado pontificio para el L Congreso Eucarístico Internacional de Dublín, saluda a los fieles al finalizar la Misa de apertura de dicho encuentro, el 10 de junio de 2012.

Como expresión del magisterio itinerante de la Iglesia, los Congresos emplean sus fuerzas para responder, a través de la eucaristía, a las necesidades y a las urgencias del tiempo presente. En este sentido, Benedicto XVI, en su Discurso a la Plenaria del Comité Pontificio (11 de noviembre de 2010), encomendó a la Obra de los Congresos Eucarísticos Internacionales dos cometidos precisos.

El primero atañe directamente a la relación existente entre eucaristía y nueva evangelización. «Es también tarea de los Congresos Eucarísticos, sobre todo en el contexto actual -dijo el Papa-, aportar una contribución peculiar a la nueva evangelización», promoviendo la evangelización mistagógica que se realiza a través de la liturgia y fomentando un impulso evangelizador en sentido más estrictamente misionero mediante el binomio eucaristía-misión. Y es que el banquete eucarístico, banquete del sacrificio y de la comunión, constituye «el centro difusor del fermento del Evangelio».

La puesta de relieve de las relaciones eucaristía-nueva evangelización y eucaristía-misión tiene su marco de referencia en la preparación del próximo Sínodo de los Obispos, centrado precisamente en la nueva evangelización. Pero ya, de alguna manera, en los años veinte del siglo pasado, bajo el pontificado de Pío XI, los Congresos Eucarísticos se comprometieron a desarrollar el binomio eucaristía-misión evangelizadora, implicando a numerosas Iglesias particulares de los cinco continentes. En tiempos más recientes, desde finales de los años ochenta, la relación entre nueva evangelización y eucaristía se ha convertido en uno de los puntos de fuerza de todo Congreso Eucarístico. Ante los desafíos del mundo moderno, la celebración cuatrienal de la statio orbis se convierte en una ocasión extraordinaria para revitalizar el cuerpo eclesial, poniendo al centro la figura de Jesucristo y el encuentro con él, que otorga el Espíritu Santo y las energías para anunciar el Evangelio mediante nuevas vías capaces de llegar a todo ambiente y a toda cultura.

Más información: www.iec2012.ie