Esfuerzo del Papa para combatir el escándalo de los abusos - Alfa y Omega

Esfuerzo del Papa para combatir el escándalo de los abusos

Se han publicado las actas de del Simposio sobre los abusos sexuales, en febrero, en la Pontificia Universidad Gregoriana, de Roma, con representantes de todos los Episcopados del mundo

RV

En el Congreso, celebrado en febrero, participó el promotor de Justicia de la Congregación para la Doctrina de la Fe, monseñor Charles Scicluna, quien sobre la publicación de este libro, destacó -en una entrevista que aparece en el último número de la revista Jesús-, la respuesta que da la Iglesia ante el escándalo de abusos sexuales, explicando que gran parte de los episcopados han elaborado las líneas guía contra los abusos, que serán sometidas al examen de la Congregación para la Doctrina de la Fe después del verano. A la solicitud de examen han respondido los episcopados de casi todo el mundo, pero no todos, y se calcula que el tiempo necesario para evaluar todos los textos será de un año.

Por su parte, el jesuita Hans Zollner, presidente del Instituto de psicología de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, destacó la importancia de la inmediata edición de este libro, en particular considerando el poco tiempo transcurrido desde la celebración del Simposio; en particular porque hace percibir el modo en el que la Iglesia está comprometida en materia.

El Simposio convocado por el Vaticano para tratar los abusos sexuales contra menores, contó con la participación de representantes de las Conferencias episcopales de todo el mundo y de los superiores generales de las grandes Congregaciones. Además de colocarse como una roca firme en la historia de la Iglesia, su celebración ha sido fundamental para propiciar que los obispos hablaran entre sí -en un espacio reservado-, hecho que les permitió confrontarse sobre las prácticas mejores por adoptar, a saber: cómo se puede combatir el abuso, cómo se pueden ayudar a las víctimas y cómo se puede prevenir que estos fenómenos no vuelvan a suceder, o por lo menos que sean verdaderamente detenidos para que no se repitan.

Para muchas Conferencias episcopales la celebración del Simposio sobre abusos sexuales contra menores, está permitiendo impostar las líneas guía solicitadas por la misma Congregación para la Doctrina de la Fe, en manera más concisa y eficaz. No hay que perder de vista, como indica el padre Hans Zollner SJ, que tanto el Simposio como ahora la publicación de las Actas del mismo, representa -sin lugar a dudas- un pequeño paso en el doloroso camino que Su Santidad Benedicto XVI ha emprendido en materia de transparencia, y que permite tomar conciencia de la necesidad de que la Iglesia actúe con una sola voz y con determinación. El catedrático, profesor y director, puso en evidencia los signos claros emitidos por el Pontífice a lo largo de estos años manteniendo encuentros con las víctimas de abusos, las palabras que ha utilizado en la Carta dirigida a los católicos en Irlanda y el interés demostrado; todo esto representa un gran cuanto impresionante esfuerzo de regresar al pasado para ver todas estas culpas, ver los pecados, los crímenes que han sido cometidos por parte de los ministros de la Iglesia, pero también por parte de aquellos superiores que han ocultado, o que han tratado de negar el hecho.

El jesuita Hans Zollner, presidente del Instituto de psicología de la Pontificia Universidad Gregoriana recuerda además que tras la celebración del Simposio referido a los abusos sexuales sobre menores celebrado el pasado mes de febrero se quiso fundar el Centro para la protección de los menores, que el Ateneo ha instituido en Múnich, Alemania, y que espera de poder llegar a ser un lugar de aprendizaje a distancia, ya en estos días sus colaboradores están realizando visitas a las primeras Diócesis, en los primeros Países con los que se quiere colaborar en el proyecto de investigación. Informó además que éstos ya han dado resultados en Asia, India e Indonesia. En efecto, entre los desafíos de la Iglesia para esta enorme labor y su eficacia, se coloca la respuesta que ella misma debe dar en todas partes del mundo, teniendo presente el lenguaje, la sensibilidad y las leyes que son muy diversas de un Continente a otro y más aún, de un País a otro.

Patricia L. Jáuregui Romero / RV