La Iglesia da un voto de confianza al nuevo presidente islamista de Egipto

El obispo copto de Assiut, monseñor Kyrilos Saman, ha estado en la sede de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada, para hablar sobre la situación de los cristianos en Egipto, tras el nombramiento de Mohammed Mursi, candidato de los Hermanos Musulmanes, como nuevo presidente del país. El obispo ha afirmado sentirse «optimista» de cara al futuro, ya que «esperamos que el nuevo Presidente cumpla lo que ha prometido», en cuanto al respeto a las minorías y a la integración en el nuevo Gobierno de algún copto y alguna mujer.

«Esperábamos que ganara otro candidato», no oculta monseñor Saman, «pero le aceptamos como Presidente, por todas las promesas que ha hecho, que esperamos que mantenga. Ha prometido no formar un gobierno religioso y se ha presentado como el Presidente de todos los egipcios», argumenta.

El prelado mira el futuro con optimismo: «No me gusta hablar de persecución, sino de discriminación. Los cristianos éramos ciudadanos de segunda» durante el Gobierno de Mubarak. «No teníamos los mismos derechos. El futuro no será peor que lo que hemos tenido anteriormente. El nuevo Presidente ha puesto los problemas de los cristianos encima de la mesa y ha prometido ponerles solución».

En todo caso, la Iglesia no va a abandonar el país. «Los cristianos tienen una misión muy importante que cumplir: son la sal de la tierra y la luz del mundo. Su misión como cristiano es acoger a los demás y enseñar a acoger a los demás», asegura el obispo de Assiut.

Tras la revolución y la caída del régimen de Mubarak, los cristianos, el 10 % de la población, afrontan su futuro llenos de esperanza y de optimismo, confiando plenamente en Mohammed Mursi. Por otra parte, el prelado cree que «si (Mursi) no cumple con lo prometido, el pueblo se echará a la calle».

Colaboración y entendimiento

Monseñor Kyrilos Saman considera que el nuevo Gobierno no será peor que el régimen anterior. En cuanto a la sociedad egipcia, «la única opción que contemplan ahora todos es la de vivir con los demás de una manera pacífica». Con respecto a los cristianos, afirma, «cuando se cree en el evangelio, hay que comunicarlo, hay que compartirlo». Y esto se hace de muchas formas. Los católicos, a pesar de ser sólo unos 250.000, en una población de 83 millones de habitantes, han conseguido abrir 170 escuelas, «y muchos de los dirigente del país llevan allí a sus hijos, aún sin ser cristianos. Esto significa que cuando sus hijos sean mayores y sean quienes dirijan el país, serán más abiertos a la hora de tener buenas relaciones con nosotros los cristianos, más respetuosos», segura el obispo de Assiut.

La visita del obispo a la sede de AIN finalizó con la entrega por parte del capellán de la fundación pontificia de la patena que utilizó durante las misas con el Papa en la pasada JMJ de Madrid, así como algunos ornamentos litúrgicos, además de una vela con la que los cristianos madrileños rezan por las iglesias que sufren. Además, se le entregó la Biblia de los niños, que ha sido traducida a más de 150 idiomas, y se han distribuido más de 50 millones de ejemplares.