Lucas, el niño en el que se obró el milagro - Alfa y Omega

Lucas, el niño en el que se obró el milagro

Sus pa­dres y las car­me­li­tas de Cam­po Mou­rao, en Pa­ra­ná, pi­die­ron su sa­na­ción a Fran­cis­co y Ja­cin­ta

Juan Vicente Boo

Las tres personas más agradecidas en la canonización fueron un matrimonio brasileño y su hijo, Lucas Maeda de Oliveira, cuya curación inexplicable tras caerse desde una ventana y sufrir trauma craneal con pérdida de masa encefálica constituye el milagro aprobado para declarar santos a Francisco y Jacinta.

Acompañado de su esposa Lucila Yurie, João Batista, el padre de Lucas, relató algunos de los datos del caso, cuyo expediente médico completo fue enviado a Roma a la Congregación para las Causas de los Santos. La familia vive en Campo Mourao, una ciudad de 80.000 habitantes en el estado de Paraná. El 3 de marzo de 2016, Lucas, de 6 años, estaba jugando con su hermana Eduarda en la habitación del abuelo. En una travesura, se cayó desde la ventana, a 6,5 metros de altura, y se golpeó la cabeza contra el suelo, sufriendo «traumatismo craneal muy grave y pérdida de masa encefálica». Al levantar a su hijo de la acera, Batista pidió ayuda a la Virgen de Fátima y a los dos pastorcillos. El niño ingresó en coma en un hospital sin recursos para un caso de esa gravedad y sometido a una operación y con el peor pronóstico posible. En vista de la situación, el día 7 de marzo João y Lucila pidieron a las carmelitas de Campo Mourao que rezasen por el chiquillo. Inmediatamente, según el padre, «una de ellas fue a buscar las reliquias de Francisco y Jacinta que tenían junto al sagrario y sintió el impulso de pedirles: «Pastorcillos, salvad a este niño, que es un pequeño como vosotros». Empezamos a rezarles toda la familia y dos días después, el 9 de marzo, Lucas se sintió bien, comenzó a hablar y preguntó por su hermanita». Los médicos estaban asombrados del cambio, pero le mantuvieron en la Unidad de Cuidados Intensivos otros dos días más hasta convencerse de que no era necesario.

«Lucas está totalmente bien. Y es el mismo que antes: su inteligencia, su carácter, todo igual». Para que una curación sea aceptada como milagro en un proceso de canonización se requiere que sea extraordinaria, repentina y duradera. Al cabo de cuatro años se ha cumplido el último de los requisitos, y los seis expertos médicos consultados por la Congregación para las Causas de los Santos dieron su parecer unánime el pasado 2 de febrero. Los teólogos y los cardenales de la Congregación consideraron probado que los padres y las carmelitas hubiesen acudido a la intercesión de los dos pastorcillos, por lo que el Papa Francisco aprobó el milagro el pasado 23 de marzo.

Juan Vicente Boo / ABC. Fatima