Estados Unidos: Marcha por la vida - Alfa y Omega

Estados Unidos: Marcha por la vida

Cientos de miles de manifestantes tomaron Washington DC, en torno al 23 de enero, aniversario de la legalización del aborto en Estados Unidos, para exigir que se defienda la vida. La Iglesia convocó en Washington a una Vigilia Nacional de Oración por la Vida, que congregó a 20.000 fieles durante toda la noche

María Martínez López
Un hombre sostiene unas pancartas en defensa de la vida y en contra del aborto, durante la celebración de una marcha provida en Washington, Estados Unidos, el 23 de enero de 2012

Cada 23 de enero, la capital de Estados Unidos se llena de manifestantes pro-vida. Son varios cientos de miles; cada vez más, a pesar del frío, y, en su mayoría, jóvenes. Conmemoran el aniversario de la Sentencia del caso Roe vs. Wade, que liberalizó el aborto en el país. Es la famosa Marcha por la vida, que se lleva celebrando 39 años, desde el primer aniversario de la Sentencia.

Este año, estuvieron muy presentes en los discursos las próximas elecciones y la decisión de la Administración Obama, reafirmada el viernes 20, de que todas las empresas e instituciones, también las organizaciones religiosas, estarán obligadas a contratar, para sus trabajadores, seguros médicos que incluyan anticonceptivos, esterilizaciones y la píldora abortiva.

En Washington, la Marcha por la vida no es sólo una marcha. Grupos provida de todo el país, políticos comprometidos con la defensa del no nacido y muchos grupos religiosos invaden pacíficamente la ciudad durante los días previos, para participar en los distintos actos que se convocan; por ejemplo, la conferencia nacional de Students for life of America, o el Rally juvenil, en el que diversos hombres y mujeres que se arrepienten de sus abortos se dirigieron a los jóvenes.

Entre estos actos previos, tiene un especial protagonismo la Vigilia Nacional de Oración por la Vida, que se celebró la noche anterior a la Marcha, en la basílica de la Inmaculada Concepción, y a la que asistieron unos 20.000 fieles. La Vigilia consistió en dos Misas, rezo del Rosario, seis Horas Santas y rezo de Laudes. Las Misas fueron celebradas por el cardenal Daniel DiNardo, arzobispo de Galveston-Houston, y por el neo cardenal Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York.

«No subestiméis vuestra presencia»

El cardenal DiNardo, Presidente de Actividades Pro-Vida de la Conferencia Episcopal, subrayó que, no sólo está en juego el derecho a la vida, sino la libertad de conciencia: «Nunca antes en la historia de Estados Unidos el Gobierno federal ha forzado a los ciudadanos a adquirir directamente lo que viola nuestras creencias. Aquí está en juego la supervivencia de una libertad protegida constitucionalmente». Sin embargo, en una nota más positiva, añadió: «No subestiméis vuestra presencia y vuestra conciencia aquí. Recordad a Jonás. Jonás dio a Nínive 40 días, y se arrepintieron. Nuestro abrazo a la vida debe ser claro».

Por su parte, el neo cardenal Dolan reconoció que, «desde un punto de vista humano, podríamos estar tentados a rendirnos». Sin embargo, «susurramos Gracias a Dios cuando vemos números sin precedentes de jóvenes con pasión por la cultura de la vida. Los veteranos sonreímos ahora, cuando la causa provida es reconocida como el principal movimiento de derechos civiles».

Marchas en San Francisco y en París

Los actos en defensa de la vida se extienden también por todo el país, para quienes no quieran desplazarse -un viaje que puede ser de varios miles de kilómetros- hasta la capital. En San Francisco, por ejemplo, entre 40.000 y 55.000 personas participaron en la VIII Marcha por la vida de la Costa Oeste.

El modelo estadounidense de una marcha anual se ha ido extendiendo en los últimos años, a otros países. El domingo 22 de enero, París celebró también la octava edición de su Marcha por la vida, con un 20 % más de participantes que el año pasado. Fue importante el gran apoyo que recibió la manifestación por parte de la Iglesia: el Papa Benedicto XVI envió un mensaje, y 32 obispos franceses, incluido el cardenal Vingt-Trois, arzobispo de París, manifestaron su apoyo, que también se pudo ver en la presencia de bastantes sacerdotes entre los manifestantes.