Fátima, lo que cambia y lo que permanece - Alfa y Omega

Fátima, lo que cambia y lo que permanece

Las apariciones de la Virgen en Portugal son uno de los grandes iconos de la historia de la Iglesia en el siglo XX. Su mensaje sigue vigente

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Las apariciones en Fátima son uno de los grandes iconos de la historia de la Iglesia en el siglo XX, junto a sor Faustina Kowalska y la Divina Misericordia o el Concilio Vaticano II. Con Fátima, en definitiva, queda iluminado desde la mirada de María el llamado «corto siglo XX», que comienza en 1914 con la Gran Guerra, abarca la expansión nazi y la II Guerra Mundial y se cierra en 1991 con la caída del imperio soviético.

En realidad, «no hay nada nuevo en las embajadas de Nuestra Señora», afirman los obispos españoles en un mensaje por el centenario de las apariciones. Todo se resume en el «Haced lo que Él os diga» (Jn 2,5) de las bodas de Caná. Pero a la vez Fátima nos muestra que «Dios sigue actuando en la historia» y «confirman que María, como buena madre, acude allí donde el corazón de sus hijos padece todo tipo de sufrimientos y los horrores de la persecución o la guerra». Por lo demás, sigue plenamente vigente el mensaje mariano de conversión y reparación de los pecados. Y la predilección de la Virgen por «los pequeños», en este caso los tres pastorcillos, «una constante que se repite en las apariciones marianas», destaca el mensaje de la CEE.

Lo que cambia de Fátima son las circunstancias del mundo, algunas más que otras. La visita de Pablo VI en 1967 se produjo tras unas décadas de persecución anticristiana como no se había conocido otra antes y al inicio de una ofensiva laicista «para quitar de la fe todo lo que el pensamiento moderno no entiende o no acepta», en palabras de Montini recordadas por la CEE. Las peregrinaciones de Juan Pablo II estuvieron inevitablemente marcadas por su historia personal como hijo de Polonia y por el atentado que sufrió el 13 de mayo de 1981, un capítulo que de algún modo cerró la visita de Benedicto XVI, que como prefecto de la Doctrina de la Fe había sido el encargado de la publicación del tercer secreto de Fátima. Ahora, con la perspectiva que da el paso del tiempo, Francisco aportará una nueva visión de Fátima, resaltando lo que de perenne tiene el mensaje de la Virgen.