El Papa ordena a diez nuevos sacerdotes: sean misericordiosos, no hipócritas - Alfa y Omega

El Papa ordena a diez nuevos sacerdotes: sean misericordiosos, no hipócritas

La «doble vida» del sacerdote, según Francisco en la víspera, es consecuencia «del «formalismo y del clericalismo»

Ricardo Benjumea
Foto: AFP

«No hagan homilías muy elaboradas teológicamente», sino más bien «hablen sencillamente a la gente». Este es uno de los consejos que dio el Papa este domingo al ordenar a diez nuevos sacerdotes.

«Recuerden que la palabra sin el ejemplo de la vida no sirve», añadió el Pontífice, quien lanzó una advertencia contra «la doble vida», a la que calificó de «una fe enfermedad en la Iglesia».

La ordenación sacerdotal se celebró en el IV Domingo de Pascua, conocido como del Buen Pastor, Jornada Mundial de oración por las vocaciones. Francisco reiteró que desea sacerdotes «misericordiosos» que «no carguen sobre los hombros de los fieles pesos que no puedan llevar, ni siquiera ellos mismos», recordando que Jesús llamaba a este tipo de personas «hipócritas».

Par ser buenos sacerdotes, añadió, más que conseguir «buenos títulos académicos», lo importante es «aprender a llevar la Cruz de Cristo».

El Obispo de Roma advirtió además frente a la atención de concebir el sacerdocio como una carrera y pidió a los nuevos presbíteros concebir el ministerio como un servicio. «Lean y mediten asiduamente la Palabra del Señor para creer lo que han leído, enseñar lo que han aprendido en la fe y vivir lo que han enseñado, sin olvidar que su doctrina con el perfume de su vida debe ser alimento para el pueblo de Dios, alegría y apoyo a los fieles de Cristo construyendo con su palabra y ejemplo la casa de Dios, que es la Iglesia», les aconsejó.

La víspera, al recibir a seminaristas del Pontificio seminario campano de Posillipo, de los jesuitas, el Papa destacó la necesidad de formar a los futuros sacerdotes en el discernimiento, lo que supone «huir de la tentación de refugiarse detrás una de una norma rígida o detrás de la imagen de una libertad idealizada. Educar al discernimiento quiere decir ‘exponerse’, salir del mundo de las propias convicciones y prejuicios para abrirse a la comprensión de cómo Dios nos está hablando, hoy, en este mundo, en este tiempo, en este momento, y cómo me habla ahora», dijo.

Y dirigiéndose a los futuros sacerdotes, el Papa añadió: «Queridos seminaristas, no tengan miedo de llamar a las cosas por su nombre, de mirar en la cara la verdad de sus vidas y de abrirse en transparencia y verdad a los demás, sobre todo a sus formadores, huyendo de la tentación del formalismo y del clericalismo que están en la raíz de la doble vida».