Google Baby - Alfa y Omega

Google Baby

María Teresa Compte Grau
Foto: www.buildingfamiliesinc.com

Movida por la curiosidad por una serie de anuncios que buscaban a chicas jóvenes dispuestas a gestar los bebés de otros, una estudiante de Periodismo israelí emprendió una investigación que la llevó en 2009 a denunciar en el documental Google Baby la realidad de los vientres de alquiler en el mundo. Uno de los florecientes negocios que la deslocalización industrial ha traído es la producción de bebés. Babygest, revista líder en gestación subrogada y organizadora de la Surrofair convocada en Madrid los días 6 y 7 de mayo, ofrece el mapa geográfico y el sinfín de recursos disponibles, con el debido catálogo de precios, para que nadie con capacidad adquisitiva suficiente se quede sin el bebé deseado. No hay más que contratar los servicios de una agencia que a modo de pregnancy planner se encarga de buscar a las madres gestantes, contactar con las clínicas de reproducción asistida, ofrecer cobertura legal y cobrar con el único fin de asegurar que quien ha pagado por alquilar durante nueve meses el vientre de una mujer reciba el producto final en sus manos.

Stop Surrogacy Now (2015), plataforma internacional presentada en Nueva York, Roma y Madrid, así como la española Red Estatal contra el Alquiler de Vientres (2017), trabajan para detener este comercio internacional en el que la fuerza reproductiva de la mujer y el fruto de su vientre cotizan al alza. Mujeres y hombres de credos religiosos, convicciones políticas, culturas y enclaves geográficos distintos cooperan para detener esta forma de esclavitud. ¿En qué están de acuerdo ambas plataformas? En que el anhelo de ser madre y padre está sometido a límites; en que la subrogación pasa, a menudo, por la explotación de las mujeres más pobres; en que la legalización de la gestación subrogada institucionaliza los riesgos que corren tanto las madres portadoras como los niños; en que nadie tiene derecho a un niño… ¿Qué añade la plataforma española RECAV? La defensa de los llamados derechos sexuales y reproductivos de las gestantes; la denuncia de la gestación subrogada como un tipo de violencia obstétrica; la denuncia de la falacia neoliberal del libre consentimiento…

Los derechos humanos marcan los límites en los que deben moverse las relaciones humanas. Y, sin lugar a dudas, la gestación subrogada atenta contra los derechos de mujeres y niños. El documental Google Baby lo ilustra a la perfección.