Vivir merece la pena - Alfa y Omega

Vivir merece la pena

Del 19 al 28 de febrero, tendrá lugar la cuarta edición de la Muestra Internacional de Cine que Inspira, Madrimaná. Serán diez días de proyecciones y encuentros personales que subrayarán una certeza: vivir es bueno y merece la pena

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo

La Muestra Internacional de Cine que Inspira, Madrimaná, se está convirtiendo ya en una tradición en la cartelera. Desde el próximo 19 de febrero, hasta el día 28, en los madrileños Cines Dreams Palacio de Hielo, se sucederán diez días de proyecciones, encuentros, matinales escolares, debates, preestrenos de cine, talleres y otras actividades, que harán del cine un medio excepcional para mostrar toda la belleza y bondad que puede ofrecer la vida.

Una escena de Calvary

Organizado por la Delegación de Cultura de la archidiócesis de Madrid y por la asociación Madrimaná, esta cuarta edición de la Muestra –con el lema Es bueno que tú existas– traerá varias novedades: los preestrenos de Francisco, un Papa entre la gente, La infancia de un santo, Words with gods, The blood and the rose, El amor lo pide todo, Para la gloria, Calvary, Con todas nuestras fuerzas…

Y, como en las anteriores ocasiones, a las diferentes proyecciones se añaden encuentros personales, como los que tendrán lugar con el director Alex de la Iglesia, autor del corto La confesión, o incluso con una de las 200 niñas secuestradas en Nigeria por Boko Haram, llegada a Madrid para esta ocasión.

Madrimaná también ofrece a los colegios la posibilidad de llevar a los alumnos (previa inscripción en educacion@demadridhastaelcielo.com) a las sesiones matinales escolares, en las que se proyectan películas tanto para el público infantil como el juvenil: Cómo entrenar a tu dragón, Camino de la escuela, El Hobbit, Big hero, Interstellar…

Un fotograma de La buena mentira

Todas las proyecciones y actividades de Madrimaná tienen un objetivo, como explican los organizadores: «No importa las circunstancias que vivamos, puesto que la grandeza de la persona no viene de las circunstancias, sino de su origen: ser amado, por encima de lo que pueda suceder en la vida». Y lo explicitan a continuación: «Esta certeza nace de saber que toda vida depende de Alguien que la ha pensado y querido, que le ha dicho antes incluso de nacer: Es bueno que tú existas».