José María del Corral: «El mundo cambiará, si la escuela cambia» - Alfa y Omega

José María del Corral: «El mundo cambiará, si la escuela cambia»

En 2001, los argentinos se echaron masivamente a la calle para mostrar su rabia contra la política y la instituciones. ¿Cuál fue la respuesta del cardenal Jorge Bergoglio? Una red de escuelas públicas y privadas, religiosas o laicas, católicas, judías, musulmanas… para promover el cambio a través de la educación. Lo cuenta don José María del Corral, director y fundador de Scholas Occurrentes, que agrupa ya a unas 400 mil escuelas de todo el mundo, y hoy clausura en Roma su cuarto congreso mundial

Jesús Colina. Roma
Lionel Messi planta el olivo de la paz, que entregó el Papa a Scholas, antes de un partido amistoso contra Trinidad y Tobago

¿Cómo surge Scholas?
El cardenal Bergoglio estaba preocupado por los chicos de su diócesis. Argentina estaba viviendo la famosa crisis del año 2001, una crisis no sólo económica, sino también cultural, social, política. Una crisis en la que la gente salió a la calle a gritar: «Que se vayan todos». Y él estaba convencido de que el único cambio posible era el que se podía dar por la educación. Por eso, me pidió armar un nuevo programa, un programa de encuentro con y entre los adolescentes, para que, en vez de encerrarse, y aislarse, pudieran compartir desde la diversidad social. Se trataba de colegios de diferentes niveles sociales, colegios de las congregaciones religiosas y parroquiales, colegios de diferentes religiones, colegios públicos y privados. Les propusimos comprometerse en los cambios que ellos veían como necesarios. ¿Qué había que cambiar y cómo podían hacerlo juntos? Empezamos uniendo escuelas parroquiales de unos setenta chicos de tres barrios. En cuatro años, eran siete mil estudiantes de Secundaria. Sólo en Buenos Aires, se aprobaron 14 leyes y 75 cambios normativos, gracias a sus propuestas. Surgió así la Escuela de vecinos, el antecedente de Scholas. Cuando él me convoca para lanzar Scholas, lo hace para sacar adelante un proyecto a nivel internacional que él estaba impulsando a nivel local desde hacía veinte años.

¿Cuáles son los pilares de la propuesta de Scholas?
El aula, que ya no es de ladrillos, sino de tecnología. Por otro lado, el deporte, que la Iglesia nunca debería haber perdido, como parte de la formación. Y, por último, el arte, la expresión de lo trascendente.

¿Cuál es el sueño de Francisco para Scholas?
Cuando un pedagogo francés le preguntó esto, él respondió: «Un salvataje».

¿Un salvataje?, ¿para quién?
Para la Humanidad, en especial para lo chicos que están muriendo cada día.

Y para lograr ese salvataje, ¿qué necesita hoy Scholas?
Hace un año y medio, cuando el Papa lanza esta iniciativa a nivel mundial, en ese partido en el que Lionel Messi y Gigi Buffon, el portero y capitán de la selección italiana de fútbol, suben a Internet las dos primeras escuelas, creando así la red, parecía algo más que un sueño, una locura, como el Papa la define. Ahora existen 400 mil escuelas en los cinco continentes, públicas y privadas, de todas las religiones, que están participando en esta iniciativa. El Secretario General de las Naciones Unidas se ha sumado al proyecto. Se ha convertido en la red más importante de escuelas. Nuestra utopía sigue siendo que todas las escuelas trabajen en red y en comunión para transformar el mundo.

Del Corral, con el Papa

¿Qué va a cambiar en el mundo con congresos como el que Scholas celebra esta semana en el Vaticano?
Nuestro congreso es como un coche con cuatro marchas. En un primer momento, convocamos a las principales empresas en tecnología. Así surgió Scholas social, la plataforma interactiva para unir a las escuelas.

Luego, pasamos a la segunda marcha, y organizamos un congreso al que vino la Federación Internacional de Fútbol (FIFA), en el que, por primera vez, firmó un convenio con la Iglesia para promover deporte y educación. Hemos celebrado varios partidos amistosos entre selecciones nacionales. En el Mundial de Brasil, se plantó el olivo, como símbolo de la paz.

Luego, pusimos la tercera marcha y convocamos al mundo del arte. Ahora, estamos lanzando Scholas labs, compartiendo 15 experiencias educativas de los cinco continentes, que ya están siendo parte de la red, y mostrando que es posible educar de esta manera: salir de las escuelas afuera, y no encerrarnos en nuestras propias escuelas.

Si usted se encontrara con un maestro de Madrid, de Teherán o de Nueva York, ¿qué le propondría como representante de Scholas?
Yo sigo siendo maestro de escuela, y lo primero que le diría es que no está solo, porque el docente hoy se siente solo, y muchas veces con el peso de una sociedad que rema para otro lado. Cuando el docente le enseña a un alumno que está mal copiar en un examen, y luego el padre del alumno corrompe a un político, el docente se queda solo. Cuando el docente enseña un valor a un alumno y luego el alumno, en la calle, en los mayores, ve otra cosa, el maestro se queda solo. Lo primero que hay que decir es que el docente no está solo.

En segundo lugar, hay que decir al docente que el Papa cree que hay que recuperar la capacidad educadora de toda la sociedad. No hay que tirarle la responsabilidad, y mucho menos las frustraciones, a la escuela y al docente. La escuela tiene que cambiar y salir a demandar los cambios a los actores sociales. El Papa cree que el mundo va a cambiar, si se asume el cambio educativo a nivel global.