Un Goya diferente - Alfa y Omega

Un Goya diferente

El Museo del Prado, de Madrid, presenta, hasta mayo, una exposición que recoge pinturas de Goya, centrada en sus cartones para la Real Fábrica de Tapices, una actividad a la que dedicó dos décadas de su carrera, entre 1775 y 1794, tiempo en el que se tejió su prestigio como pintor de cámara y académico

Fernando de Navascués
Riña en la venta nueva

El Museo del Prado propone un novedoso acercamiento a los cartones de Goya. A diferencia de la presentación habitual de esta serie de obras, basada en relación a los ámbitos para los que fueron destinadas, la muestra actual compara y enfrenta entre sí los cartones por temas, relacionándolos a su vez con la obra de sus predecesores, que sirvieron de modelo para sus propias creaciones. De esta forma, se han creado ocho secciones temáticas: la caza, los divertimentos, las clases sociales, la música y el baile, los niños, los sueños, las cuatro estaciones y el aire. La nueva organización permite ahondar y hacerse una composición de lugar en cuestión de costumbres, fiestas, modas, gustos, estilos de vida…, propios de finales del siglo XVIII.

El cacharrero

Otro de los aspectos a tener en cuenta en esta exposición es la comparación que se hace entre las obras del pintor aragonés con artistas anteriores, como Tiziano, Velázquez o Rubens, así como con pinturas, esculturas y dibujos de otros que trabajaron para las decoraciones reales en la segunda mitad del siglo XVIII: Francisco y Ramón Bayeu, José del Castillo y Mariano Salvador Maella. Una comparación que revela el modo distinto en el que Goya recrea la sociedad y la vida de su tiempo según su propia visión de la realidad, y creando modelos que han quedado cristalizados en el imaginario colectivo de lo español, sobre todo de lo madrileño: los majos y las majas, a los que, en composiciones como La merienda, La riña en la venta nueva, El cacharrero, La vendimia o La nevada, Goya dota de un carácter universal.

Nevada

Goya y los cartones

Goya llegó en 1775 a Madrid, de la mano de Anton Raphael Mengs, que entonces era el director artístico para el proyecto de los cartones destinados a los Sitios Reales de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara. En un principio, a Goya se le encargaron siete, en los que reflejó la diversidad del pueblo en escenas llenas de alegría y animadas por las diversiones, los juegos, los niños y las fiestas, pero también de violencia, engaños y tristeza…, unos temas en los que es capaz de plasmar una gran variedad de sentimientos, actitudes, tipos sociales, etc., en infinitas situaciones.

Baile a las orillas del Manzanares

Su reconocimiento llegó en 1786, cuando fue nombrado pintor del rey y, posteriormente, primer pintor de cámara, en 1799.

Un vistazo al Madrid del siglo XVIII

La exposición presenta cómo era el Madrid de aquellos años. A lo largo de sus secciones, retrata a las clases sociales, desde los reyes y la caza, su afición preferida, a las clases más populares, entre los que incluye vendedores ambulantes, matrimonios desiguales… Especial mención –¡cómo no, tratándose de Goya!– es la presencia de los jóvenes de Madrid, llamados majos y majas. Su presencia está en las escenas campestres, en los juegos, en los toros…

La cometa

La música y el baile tienen también su espacio específico. Aquí encontramos a La gallina ciega, por ejemplo, el Baile a las orillas del Manzanares, El ciego músico y El majo de la guitarra

El ciego músico

Vale la pena destacar las dos últimas secciones. En la dedicada a las cuatro estaciones, Goya nos refleja temas como la primavera, la vendimia, la nevada… Y respecto al aire, la última sección, se juega con temas como La cometa, Niños inflando una vejiga, etc.

El majo de la guitarra

En definitiva, las salas del edificio de los Jerónimos se visten de gala para mostrarnos una exposición diferente de Goya. Un Madrid que él captó para plasmar, más allá de la pintura, los propios tapices de las colecciones reales. Una exposición en la que sus Comisarios –Manuela Mena y Gudrun Maurer– han querido contrastarla con el arte anterior a nuestro pintor, pero también con sus contemporáneos, para después descubrir cómo la riqueza de composiciones, figuras y expresiones que aparecen en estos lienzos constituyen el germen de sus creaciones posteriores, en pinturas de gabinete, dibujos y series de estampas.