La visita del Papa a Egipto, más necesaria - Alfa y Omega

La visita del Papa a Egipto, más necesaria

La persecución a los cristianos amenaza la convivencia en el mundo, pero también reducir a los refugiados a terroristas en potencia

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Foto: REUTERS/Mohamed Abd El Ghany

La determinación del Papa de visitar El Cairo es aún mayor tras los atentados del Domingo de Ramos, según dijo el Pontífice el lunes durante un encuentro con superiores franciscanos. Actualizando, 800 años después, la visita al sultán de Egipto del santo de quien ha tomado su nombre, Francisco quiere sostener a la minoría cristiana de este país (en torno al 10 % de la población) y apoyar el diálogo interreligioso. Con todas las limitaciones de un régimen autoritario –visto por la comunidad internacional como un mal menor garante de la estabilidad–, el general Al Sisi se propone reconocer a los coptos los mismos derechos de ciudadanía que a los musulmanes. Simultáneamente, los líderes islámicos egipcios lideran un movimiento internacional a favor de la convivencia con los cristianos. Eso no significa que no haya tensiones religiosas ni persistan diversas formas de discriminación en la sociedad egipcia. Si el Daesh ha puesto en su diana a los coptos es para ahondar en esas heridas.

También en Europa está impulsando Francisco el acercamiento al islam. Al recibir, la pasada semana, a una delegación de líderes musulmanes británicos, el Obispo de Roma dijo una obviedad que, por simple, puede pasar desapercibida: la base del diálogo es escuchar al otro. Los musulmanes son parte integral de Europa y tienen mucho que aportar y que recibir. Pero aunque exista un islam autóctono en el Viejo Continente, el debate está hoy muy centrado en los migrantes y refugiados de esta religión que llegan huyendo del hambre y la miseria. En una entrevista a la revista del Ministerio del Interior italiano el Papa ha vuelto a subrayar que es una obligación para la comunidad cristiana favorecer «la integración pacífica» de estas personas, algo que la Santa Sede y la Comunidad de Sant’Egidio promueven en Italia mediante los corredores humanitarios desde Siria. Si la persecución a cristianos en países musulmanes supone una amenaza para la convivencia en el mundo, tampoco ayuda la insensibilidad europea hacia personas que lo han perdido todo, y en quienes, debido a su religión, algunos ven solo a terroristas en potencia.