El mundo fue una fiesta - Alfa y Omega

El mundo fue una fiesta

Raro fue el país al que no pudo viajar Juan Pablo II, y ahora se le ha recordado en todos los rincones del mundo. Su beatificación ha movilizado al planeta entero, ya fuera con grandes encuentros en estadios de fútbol en Iberoamérica, o en pequeñas reuniones de fieles, en China, Rusia, Tierra Santa…

Ricardo Benjumea
Fieles católicos de Filipinas festejan la beatificación de Juan Pablo II

En la ciudad de Bombay, en la India, unos cinco mil jóvenes celebraron una Vigilia y siguieron el domingo la Misa del Papa, convocados por el movimiento Monte Carmelo. Desde la diáspora, siguió también la beatificación la pequeña comunidad católica de Afganistán, donde Juan Pablo II inspiró la creación de un importante proyecto asistencial para los niños víctimas de la guerra en Kabul.

Los actos más concurridos en Asia fueron en Filipinas, donde se inauguró un santuario dedicado al Beato Juan Pablo II en un antiguo campo de refugiados vietnamitas, laosianos y camboyanos. En Isla Mauricio, en el Océano Índico, país que visitó Juan Pablo II en 1989, se celebró en la víspera la Eucaristía de acción de gracias, con presencia de las máximas autoridades políticas y representantes de la oposición. Y en las antípodas de Roma, en Papua Nueva Guinea, cientos de fieles siguieron juntos la beatificación, como preparación también para la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid, a la que enviarán una delegación.

También Tierra Santa fue una fiesta. «Nuestros ojos han visito a un santo vivo, nuestros oídos han oído su voz», se lee en una carta firmada por los líderes cristianos. Se celebraron Vigilias en Amán (Jordania), en Belén y en Jerusalén, así como encuentros para seguir la Misa del domingo en Roma, en uno de los cuales, el de Belén, participó el Primer Ministro de la Autoridad Nacional Palestina.

Pero si hay una región del mundo que vivió con pasión la beatificación es Iberoamérica, con multitudinarias Vigilias y retransmisiones en plazas y estadios de fútbol. En México, hubo celebraciones en el estadio Jalisco, en Puebla, en la basílica de Guadalupe… En Ecuador, se reunieron 80 mil fieles en el estadio Monumental de Guayaquil, y en Costa Rica se llenó el Estado Nacional de la capital, en una Vigilia en la que participó la Presidenta, Laura Chinchilla.

Fieles católicos de Bolivia festejan la beatificación de Juan Pablo II

Fue una constante el recuerdo de Visitas de Juan Pablo II a cada país. También en Cuba, donde altos funcionarios del régimen participaron en una Eucaristía en la mañana del domingo en la catedral de La Habana, presidida por el Nuncio del Papa, poco antes de que la televisión estatal retransmitiera la Misa de Benedicto XVI. No pudo verse por televisión la beatificación, en cambio, en Venezuela, pero un gran número de fieles se reunió en el Parque Miranda, de Caracas, para recordar, con su cardenal arzobispo, las dos Visitas de Juan Pablo II.

El calor no fue tan intenso en los países ricos de la tierra, pero no faltó el entusiasmo, en santuarios marianos como Fátima y Lourdes, y por supuesto en Polonia. En Estados Unidos, Juan Pablo II fue el protagonista del Desayuno Católico de Oración, celebrado la pasada semana en Washington, con presencia del Presidente Barack Obama y otras autoridades. Dio testimonio Newt Gingrich, antiguo Presidente del Congreso, convertido al catolicismo, tras encontrarse con Benedicto XVI en 2008.

También a la sede de la ONU, en Nueva York, va a llegar en los próximos días el recuerdo de Juan Pablo II, con una jornada, con motivo de la beatificación, con el lema Juan Pablo II y la dignidad de la persona humana, que se celebrará el próximo día 12, y en la que intervendrá George Weigel, biógrafo de Karol Wojtyla.

Un Papa muy querido

A China no pudo ir en vida, pero las celebraciones por su beatificación sí han podido llegar hasta allí, pese a las dificultades con las que muchos católicos viven su fe en el gigante asiático. La agencia vaticana Fides cuenta que grupos de fieles se reunieron para seguir la misa por televisión vía satélite o por Internet. El padre Juan María, agustino recoleto que trabaja en España, nació en la provincia china de Henan, al sur de la capital, Pekín. Cuenta a Alfa y Omega que las noticias de la beatificación de Juan Pablo II se han podido seguir sin dificultad a través de Internet, gracias a páginas alojadas incluso en el mismo país. «No es como otras veces -asegura-, en las que acceder a información del exterior ha sido más difícil. Los católicos han podido también leer la homilía del Papa. Además, en muchas diócesis se ha podido celebrar sin problemas la Eucaristía de acción de gracias por la beatificación de Juan Pablo II, presididas por el obispo o por los párrocos de cada templo. Esto es así en muchas zonas, pero en otras provincias, como la mía, las cosas están más difíciles».

Y de China, a Kazajistán. Carlos Lahoz es un sacerdote español del Opus Dei que trabaja en la diócesis de Almaty, que gobierna un obispo español, monseñor José Luis Mumbiela. Desde casi 7.000 kilómetros de distancia, explica a Alfa y Omega que «Juan Pablo II fue muy querido y vino hace diez años, en un momento muy especial, en septiembre de 2001: acababan de derribar las torres gemelas, y pensábamos que, al final, no iba a venir, por la situación política que se estaba creando. Sin embargo, vino a Astaná y lo recibimos con mucho cariño. Nosotros somos unos pocos miles de católicos en todo Kazajistán; por eso, el que quisiera venir hasta aquí fue muy especial. Él tenía delante de sí a más gente en Roma, con sólo salir a la plaza de San Pedro. Mucha gente vio la beatificación por la tele y, ya por la tarde, por la diferencia horaria, celebramos la Eucaristía de acción de gracias en la catedral. Al día siguiente, en la televisión estatal, pusieron un documental sobre Juan Pablo II. Aquí todos le tienen mucho cariño; su mensaje de paz y de concordia es muy significativo en una nación con distintas religiones y pueblos».

J. L. V. D.-M.