Estados Unidos no financiará al Fondo de Población de la ONU por los abortos forzados en China

Estados Unidos ha decidido cortar toda su financiación al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) con el argumento de que apoya un programa de abortos forzados en China. La decisión fue comunicada este lunes al Senado estadounidense mediante una carta del Departamento de Estado y supone el primer gran recorte del Gobierno del republicano Donald Trump a organismos de Naciones Unidas.

La carta alega que en Estados Unidos existe una regulación, la enmienda Kemp-Kasten, que prohíbe que se financien organizaciones o programas que «apoyen o participen la gestión de programas de aborto bajo coacción o esterilización involuntaria». El Gobierno chino –afirma la carta al Comité de Relaciones Internacionales del Senado– emplea estas medidas «para llevar a cabo sus políticas de control de la población».

Todos los programas en China de UNFPA, que trabaja en el país desde 1978, «están sometidos a las leyes nacionales y las regulaciones locales, incluyendo la Ley de Población y Planificación Familiar. Implementando parte de su programa de planificación familiar en colaboración con ellos, UNFPA ofrece apoyo» a la política de planificación familiar de China, que «incluye elementos coercitivos».

Los abortos continúan

La medida ha sido acogida con alegría por la organización Derechos de las Mujeres Sin Fronteras, dedicada a denunciar la política del hijo único –ahora de los dos hijos– y los abortos y esterilizaciones forzadas en China.

Su presidenta, Reggie Littlejohn, ha afirmado que «he defendido durante que se quite la financiación del UNFPA, la última vez hace solo un par de semanas en la Comisión sobre el Estatus de las Mujeres de la ONU. El mes pasado, también informé al Departamento de Estado sobre cómo la coacción, incluyendo los abortos forzados, continúan» en el gigante asiático.

Littlejohn ha denunciado además que algunos de los abortos forzados «son tan violentos que las mismas mujeres han muerto junto con sus hijos», algunos a término y listos para nacer. «UNFPA claramente apoya este programa de control de la población, que saben que es coercitivo».

Ya lo hicieron otros republicanos

En el pasado, EE. UU. ya había dejado de financiar a esta agencia por decisión de ejecutivos republicanos, mientras que el apoyo se recuperaba tradicionalmente con administraciones demócratas.

El Fondo, especializado en planificación familiar y salud reproductiva, es desde hace años blanco de las críticas de políticos conservadores y organizaciones religiosas en Estados Unidos.

«El UNFPA rechaza» la acusación de complicidad con los abortos forzados, «dado que todo su trabajo promueve los derechos humanos de individuos y parejas para que tomen sus propias decisiones, libres de coacción o discriminación», señaló el Fondo en un comunicado. Según el Fondo, los países de la ONU han descrito desde hace mucho su trabajo en China como «una fuerza para el bien».

La decisión de EE. UU. sigue a otra tomada el pasado enero por Trump que prohíbe el uso de fondos del Gobierno estadounidense para subvencionar a grupos que practiquen o asesoren sobre el aborto en el extranjero, la «política de la Ciudad de México».

En el caso del UNFPA, EE. UU. era hasta ahora uno de los principales contribuyentes a su presupuesto. «Siempre hemos valorado a Estados Unidos como un socio fiable y un líder para ayudar a asegurar que todo embarazo sea deseado, que todo nacimiento sea seguro y que todos los jóvenes desarrollen todo su potencial», según el UNFPA.