Nek, el cantante italiano que se reencontró con Dios en Medjugorje - Alfa y Omega

Nek, el cantante italiano que se reencontró con Dios en Medjugorje

Filippo Naviani, autor de Laura no está y del himno de la Caridad de san Pablo, vive esperanzado y se compromete en causas solidarias

Enrique Chuvieco

«Siempre tenemos algo que aprender, más que un artista soy aprendista», afirmó en medios de comunicación Filippo Neviani, el popular cantante italiano conocido como Nek, al sacar su décimo tercer disco de estudio, Filippo Neviani, con el que homenajeó a su padre tras morir de cáncer.

En ese sentido, el que ha vendido más de ocho millones de discos y que arrasó con Laura no está, es consciente de lo efímero de todo y de que cualquier situación se nos da para madurar. La experiencia de los últimos tiempos con su padre le hizo ver esto meridianamente claro, porque cuando «estás en el hospital tú y tu dolor, afrontándolo, vale toda la pena del mundo defender tu vida. En este caso desde un cáncer. En general, hay que luchar por la vida en cualquier situación que se presente». Así, uno aprende, acogiendo y fajándose con lo inmediato sea bueno o lo que consideramos banalmente como «malo».

Para llegar a este punto, hay que hacer un largo camino y a Nek le ayudó fiarse de Chiara Amirante, fundadora de Nuevos Horizontes, e ir a Medjugorje. Para Nek, algo de este realismo lo aprendió en aquel santuario de la Virgen, al tiempo que creció su fe, dejando claro que «allí no sucede nada esotérico o mágico», aunque reconoce que percibes el impulso que allí se suscita «para hacer cosas maravillosas».

Solidaridad y fútbol

Esas cosas «maravillosas» que apunta el artista transalpino, se van haciendo carne en su modo de abordar la vida, también sus canciones, ya que «hay que tener cuidado con los mensajes, porque la gente hace suyo lo que tú cantas», como uno decide también si se fija en lo que hay o en lo que falta: es una elección y uno puede encararla «en positivo o en negativo. Lo que tengo que hacer es ver lo negativo de la situación y buscar la vía más optimista para abordar lo que estoy viendo», concluye el artista «aprendista».

Desde 2005, que le invitó la fundadora de la comunidad de Nuevos Horizontes, Neviani ha estado tres veces en aquel santuario de Bosnia. Allí, sus habitantes –mayormente mujeres- construyeron en 1934 una gran cruz para celebrar el 1900 aniversario de la muerte de Cristo. En 1981, se apareció la Virgen a seis personas, según han testificado en juramento. Apariciones que se han repetido posteriormente, aunque la Iglesia católica no las haya reconocido oficialmente hasta al momento. Es, sin duda, uno de los santuarios más visitados por católicos y cristianos de todo el mundo en los últimos años tras concluir las guerras balcánicas.

Gracias a lo que se reabrió en él en Medjugorje, el cantante de 43 años también se ha involucrado en distintos proyectos solidarios, como la construcción de la villa Citadella Cielo, que acoge a personas en diversas situaciones de dificultad y problemas sociales. También se implicó en el «Partido por la paz», celebrado el pasado septiembre, donde se oyeron sus canciones Hey Dios, el último single del disco Filippo Neviani, y Lascia che io sia en el intermedio.

Política y san Pablo

Aparte del homenaje a su padre, que le había pedido nombrar uno de sus discos con el apellido de la saga familiar, Filippo Neviani, se lo dedicó también a su primera hija, nacida en 2010. Muerte y vida unidas; alegría e inmensa pena entrelazadas; polos por los que transita Nek en el trayecto hacia el destino eterno como cualquier de nosotros. Momentos existenciales donde todo tiene cabida y nada convenga censurarse -como pretende nuestra cultura nihilista actual- y no por razones éticas o de coherencia religiosa, sino porque vivir es vivir todo y no desechar nada; estar presente con todo nuestro ser en cada instante; un Carpe diem realista. En lo más excelso y lo más aparentemente contingente, como la política, zaherida y maltrecha por la corrupción. «El político tiene que favorecer –subraya Nek- el futuro de la gente; si el político mira a través de sus deseos personales no llegará nunca a los deseos de los ciudadanos» y sus actuaciones espurias o negligentes llevarán a «la ausencia de pan para la persona y sus hijos. Y esa persona desmejora su carácter, se desestabiliza… es un momento de gran crisis».

En el punto de mira de las reflexiones anteriores, podemos encontrar Se non ami (Si no amas), título de la canción ideada por Nek para versionar el texto sobre la Caridad de san Pablo, uno de los cantos más bellos y exigentes sobre la virtud principal para el cristiano. De ella, recuerda el autor de Laura no está, que «el apóstol lo escribió cuando estaba en prisión, solo, perseguido», texto que habla de algo profundo, duradero y que alcanza hasta a los enemigos, porque «no es el amor de dos personas que se aman e intentan transmitirlo, sino el amor que va más allá de cualquier barrera, que te hace salir de ti mismo para darte a los demás. No podía imaginar que se pudiera describir de una manera tan elocuente un sentimiento tan grande», ha dicho el artista italiano.

Mientras que Filipo Neviani intenta ajustar su agenda para incluir nuevas giras por Europa y América, vive el pulso de la vida, como el resto de los mortales, pegado a lo que cotidianamente nos pone delante y a los retos que nos solicita. La dramaticidad está en ellos, pero no estamos solos en un mundo sin sentido, porque el Que viene en Navidad llegó y se quedó, no para evitárnoslos, sino para enseñarnos a abordarlos con esperanza.

Enrique Chuvieco / Aleteia