João Chagas: «Debemos ser mendigos de jóvenes» - Alfa y Omega

João Chagas: «Debemos ser mendigos de jóvenes»

Fran Otero
Foto: Fandiño

João Chagas es un sacerdote brasileño que pertenece a la Comunidad Shalom. Se ve a simple vista por la tau que cuelga de su cuello. Un hombre que recibió la vocación cuando era joven y que está dedicado a los jóvenes. Ahora, en la Santa Sede, como responsable de la sección de Jóvenes del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, un servicio que se gestó en las tribunas de la JMJ de Madrid, cuando el cardenal Rylko pidió un sacerdote brasileño para preparar la jornada de Río de Janeiro dos años después. Atiende a Alfa y Omega durante el simposio que sobre jóvenes acogió Barcelona auspiciado por el Consejo de Conferencias Episcopales de Europa (CCEE).

Los eventos con jóvenes como la JMJ siempre han destacado por encima de todo en la pastoral juvenil. El Papa propone ahora el acompañamiento, el día a día con estos jóvenes. ¿Se corre el riesgo de proponer exclusivamente una pastoral de grandes encuentros?
Puede ser un riesgo para la JMJ, pero también para la pastoral juvenil de cada diócesis, para un grupo scout o para cada uno de nosotros. Quien trabaja bien una JMJ sabe que tiene que haber una preparación y, tras su celebración, un seguimiento. Si se hace así, los frutos serán buenísimos; en el caso contrario, no serán tan abundantes. En cualquier caso, eventos de este tipo son importantes para los jóvenes porque son momentos fuertes. Y necesitamos momentos fuertes.

Se habla de acompañamiento pero, para que este se produzca, los jóvenes tienen que estar antes en la Iglesia. ¿Cómo llegar a los alejados?
Jesús, en el Evangelio, nos enseña cómo hablar a los hombre de hoy. Se pone a caminar con los discípulos de Emaús, pide agua a la samaritana… se hace mendicante.

¿También de los que no creen?
En un encuentro, una persona de mi comunidad se encontró con un joven que, antes de nada, dijo que él no creía. Daba igual, le dio la bienvenida y le pidió ayuda para ponerse con la barbacoa… De ahí surgieron dos horas de conversación. Los jóvenes también hacen experiencia de fe en el servicio, en el voluntariado… Por eso hay que crear ocasiones y ambientes en los que se sientan útiles, porque vemos con frecuencia que no reconocen su valor y virtudes, llegando a decir que no valen nada. Necesitan que alguien les diga que sí se les necesita.

La Iglesia les necesita.
Cierto, pero la lógica que seguimos todavía es que ellos necesitan de nosotros, y es verdad…

Pero…
El Catecismo habla del encuentro con un Dios que es mendicante de nuestro amor. Jesús, al acercarse a la samaritana y pedirle de beber, se convierte en un mendicante. Mendigar es un método.

Aún así, hay jóvenes que no quieren saber nada de la Iglesia.
Hay que romper barreras. La Iglesia es bella, tenemos el tesoro de la fe y la tradición, pero, como Jesús, debemos ser un poco mendicantes.

La Iglesia que mendiga jóvenes.
Sí, la Iglesia que mendiga jóvenes, pero no para ser un número, sino como instrumento de Jesús que, como amigo, busca la reciprocidad. Dios quiere amistad con los jóvenes y mendiga esa reciprocidad.

¿Qué actitud debe tomar la Iglesia?
El amor incondicional. Los jóvenes tienen necesidad de que los queramos igual aunque no cambien, aunque no sean como nos gustaría. Dios nos ama como somos, tanto que ha dado la vida por nosotros cuando éramos aún pecadores.

¿Cómo puede ayudar el Sínodo que ha convocado el Papa Francisco para el 2018?
Habrá un cuestionario nuevo, que saldrá aproximadamente en un mes, disponible en Internet para que quien quiera pueda contestar. Además, los jóvenes pueden salir a las calles para preguntar a sus coetáneos. En este sentido, el Sínodo de Obispos puede ser una magnífica excusa para salir al encuentro de los jóvenes y para decirles que la Iglesia y el Papa quieren escucharlos.