Ser responsable en la carretera «es también salvaguardar la dignidad» de quienes trabajan en ella

«¿Cómo conducimos, cómo usamos los transportes, cómo acogemos a los profesionales del transporte y a los que velan por nuestra seguridad? ¿Entra Jesús en todo eso o le dejamos escapar?», ha cuestionado José Cobo, arzobispo de Madrid, en la homilía de una celebración eucarística que ha presidido en la parroquia madrileña de San Cristóbal, ubicada en el barrio madrileño de Ciudad Pegaso, con motivo de la LVI Jornada de Responsabilidad en el Tráfico. Se celebra este domingo 7 de julio debido a la cercanía de la festividad de San Cristóbal, patrono de los conductores.

Acompañado por el director de la Pastoral de la Carretera de la Conferencia Episcopal Española, José Aumente, y el delegado de Pastoral del Tráfico de la archidiócesis, el diácono permanente Bienvenido Nieto, José Cobo ha recordado que «los traslados son fuente de felicidad, y lo vemos estos días, pero también un lugar de muerte y sufrimiento».

Recordando el lema de la jornada, Yo soy el camino, la verdad y la vida, el arzobispo de Madrid ha lamentado las vidas que se pierden en la carretera. «Atendiendo a esta petición de prudencia, de responsabilidad, de atención y cuidado, los cristianos no solo estamos atendiendo a un elemental llamamiento a la responsabilidad, sino que estamos acogiendo también la voluntad del mismo Dios», ha afirmado.

Asimismo ha destacado la importancia de tratar con respeto y dignidad a los profesionales del transporte, quienes a menudo enfrentan jornadas prolongadas y condiciones difíciles. «Ser responsables es también salvaguardar su dignidad laboral y su integridad», ha sentenciado.

Al concluir la misa, José Cobo ha bendecido los vehículos en el exterior de la parroquia de San Cristóbal, pidiendo que quienes los usen lo hagan con precaución y seguridad. Finalmente, ha reconocido el trabajo de la Guardia Civil de Tráfico y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en su esfuerzo por garantizar un tránsito más seguro. «Gracias a quienes tenéis conciencia de que al volante y en la carretera sois instrumentos de la bondad de Dios», ha concluido.