Roma quiere proteger a los fieles de engaños - Alfa y Omega

Roma quiere proteger a los fieles de engaños

Las nuevas normas sobre presuntos fenómenos sobrenaturales permiten decidir con más rapidez y detalle ante posibles apariciones

Ángeles Conde Mir
Peregrinos rezan frente a la estatua de la Virgen en Medjugorje
Peregrinos rezan frente a la estatua de la Virgen en Medjugorje. Foto: EFE / EPA / Fehim Demir.

El caso de la Madonna de Trevignano probablemente sea el que más horas de televisión ha ocupado últimamente en Italia. En decenas de entrevistas la presunta vidente, Gisella Cardia, ha explicado cómo, desde 2016, la Virgen le habla. Incluso narró una «multiplicación» milagrosa de ñoquis y conejo. En marzo, el obispo de Civita Castellana, Marco Salvi, declaró mediante un decreto que no hay sobrenaturalidad. Asegura que la acción de Cardia ha creado divisiones en el pueblo de Dios. Algo «típico de los fenómenos sectarios», concluye. «Trevignano» fue una de las palabras que más se oyó en la presentación, el pasado 17 de mayo, de las nuevas Normas para proceder en el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales, preparadas por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe. Su prefecto, Víctor Manuel Fernández, desveló que este organismo acompañó a Salvi. Hasta ahora, la usanza era no reconocer un papel a Doctrina de la Fe. Las nuevas normas «establecen que el dicasterio debe ser consultado e intervenir siempre para dar una aprobación final a cuanto ha decidido el obispo», explica Fernández en la motivación de la nueva redacción, que actualiza las disposiciones de 1978. ¿Esta mayor implicación del dicasterio supone mayores garantías? «Sí, Doctrina de la Fe acude en ayuda del obispo», responde a Alfa y Omega sor Daniela De Gaudio, directora del Observatorio Internacional para las Apariciones Marianas y Fenómenos Místicos de la Pontificia Academia Mariana Internacional.

Porque de garantías se trata, «de preservar a los fieles de todo engaño», como escribe el prefecto de Doctrina de la Fe. «Me parece que es una de las intenciones principales» de las nuevas normas. El texto «señala varias veces la preocupación por que la fe del pueblo de Dios no sea puesta en peligro y se proteja a los fieles de cualquier posible tipo de fraude o abuso», apunta Marco Vanzini, profesor de Teología Fundamental de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz de Roma.

Por cientos

Solo desde comienzos del siglo XX se han producido en todo el mundo cientos de presuntas apariciones de la Virgen sobre las cuales la Iglesia no ha alcanzado un juicio definitivo. En algunos casos, entre ellos los recogidos en este mapa, las autoridades eclesiásticas han dado algunos pasos positivos como permitir la publicación de los mensajes.

En estos últimos años, los posibles fenómenos sobrenaturales se han dado a conocer con celeridad gracias a los medios de comunicación. Esta rapidez no se ha correspondido con la velocidad de las decisiones, lo que en algunos casos facilitaba los abusos o, al menos, prolongaba la incertidumbre. En las normas de 1978, el único juicio positivo suponía reconocer la sobrenaturalidad. Las nuevas renuncian a hacerlo «por regla general» y establecen seis «posibles decisiones prudenciales». La de mayor apertura se limita a un «nihil obstat» que no expresa certeza sobre «una decisión querida por Dios de manera directa», pero permite promover esa devoción. El cardenal Fernández aseguró en la rueda de prensa que con este nuevo formato «será más fácil llegar a una conclusión prudencial» sobre «casos que están presentes en el dicasterio desde hace muchos años». Las posibles apariciones más célebres sobre las que aún no se ha decidido son las de Medjugorje, en Bosnia y Herzegovina. «Con estas normas pensamos que será más fácil seguir adelante» y alcanzar un veredicto también sobre ellas.

Las seis categorías, además, «confieren una mayor protección porque son más detalladas», asegura De Gaudio. Todos los expertos coinciden. Vanzini señala otro matiz: las tres que llaman a la cautela incluyen además una indicación «al menos en términos generales» sobre «la modalidad de atención pastoral que se debe dedicar al fenómeno».

Junto a estas consideraciones hay otra variante: la necesidad de una mayor formación mariológica del pueblo de Dios. De Gaudio insiste en que el observatorio que preside ofrece desde hace dos años cursos de formación en mariología pastoral y sobre apariciones marianas. Antonio Escudero Cabello, presidente de la Asociación Mariológica Interdisciplinar Italiana, lamenta que «la reflexión sobre la madre de Jesús en muchos ambientes esté un poco desprestigiada» y que incluso haya seminarios donde no se estudie mariología. Una buena base ayudaría a repeler cualquier canto de sirena antes de que se propague demasiado.