Reino Unido deportará a Ruanda a los inmigrantes ilegales a partir de julio

La deportación a Ruanda de los inmigrantes que lleguen a Reino Unido en situación irregular podría ser una realidad a partir de julio. En apenas tres meses, el Gobierno, liderado por Rishi Sunak, quiere tener listo el operativo —para el que se han creado más de 2.000 puestos de trabajo— que trasladará en avión a las personas que crucen el canal de la Mancha de forma ilegal. El plan del Ejecutivo británico para frenar el aumento de la inmigración irregular se convirtió en ley el pasado martes después de pasar —como si fuera una pelota de pimpón— de la Cámara de los Lores a la de los Comunes hasta cinco veces, sin que se tuvieran en cuenta las enmiendas presentadas.

Con la Rwanda Safety Bill (algo así como ley para proclamar Ruanda un país seguro), cualquier persona que haya entrado ilegalmente en Gran Bretaña después del 1 de enero de 2022 podrá ser forzada a subirse a un avión con destino Kigali. Solo después de haber aterrizado en el país africano se examinará su solicitud de asilo. 

Los inmigrantes irregulares solo recibirán un preaviso de siete días. En teoría, durante este tiempo podrían intentar recurrir la decisión ante los tribunales. Pero las asociaciones de Derechos Humanos han denunciado que es imposible en tan poco tiempo.

Asimismo, con esta ley, el Gobierno de Londres se cubre las espaldas para poder ignorar cualquier medida del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. El Alto Tribunal europeo bloqueó con una resolución judicial los primeros vuelos a Ruanda hace dos años.

El pasado noviembre, el Tribunal Supremo británico también rechazó la versión inicial de la ley, alegando que no ofrecía suficientes garantías a los solicitantes de asilo. Por eso el Gobierno ha firmado un nuevo tratado con Ruanda por el que ha designado al país africano como destino seguro al que poder deportar a estas personas. De momento, Reino Unido ha pagado al país africano unos 280 millones de euros. 

Sunak pretende que la externalización de la gestión de los inmigrantes irregulares suponga un elemento disuasorio que frene las llegadas ilegales. Según cálculos del Ministerio del Interior de Reino Unido, el año pasado hubo unos 30.000 desembarcos a través del canal de la Mancha. Una cifra por debajo de los 45.000 de 2022.

Además, Reino Unido pretende situar su política en un contexto internacional más amplio. No es casualidad que esta semana esté en Italia el ministro británico del Interior, James Cleverly, quien también visitará Lampedusa, la isla que sirve de entrada a Europa para los inmigrantes que cruzan el mar Mediterráneo.