Premian la labor de un centro en Uganda que perpetúa el legado de Juan Pablo II - Alfa y Omega

Premian la labor de un centro en Uganda que perpetúa el legado de Juan Pablo II

El 14 de octubre de 2023, el Capítulo Internacional del Premio San Juan Pablo II, bajo la presidencia del cardenal Kurt Koch, seleccionó al Centro de Justicia y Paz Juan Pablo II de Kampania (Uganda) como el primer ganador del Premio San Juan Pablo II

Victoria Isabel Cardiel C.
El padre Olobo Leonard recibe el premio de manos del presidente del comité de premios, el cardenal Kurt Koch, en el Vaticano
El padre Olobo Leonard recibe el premio de manos del presidente del comité de premios, el cardenal Kurt Koch, en el Vaticano. Foto: Centro de Justicia y Paz Juan Pablo II.

El Centro de Justicia y Paz Juan Pablo II en Kampala surgió de las cenizas y el dolor que dos décadas de combates cruentos en el norte de Uganda dejaron en el país junto con un reguero de más de 150.000 muertos, un millón y medio de desplazados y una sociedad rota.

En 2006 por iniciativa de siete congregaciones religiosas del país centroafricano, inspiradas en la exhortación del Papa polaco de 1995 Ecclesia in Africa, echó a andar este centro para ser un faro de esperanza con el lema La fe hace justicia como brújula. Había pasado un año de la muerte de Juan Pablo II y querían mantener vivo su legado.

Ahora su labor ha sido galardonada con el Premio San Juan Pablo II, instituido el 7 de febrero de 2023 por la Fundación que lleva su nombre del Vaticano. «No sabíamos que nuestro humilde trabajo aquí en Uganda ganaría tal reconocimiento mundial», señala en declaraciones a OSV News el sacerdote Leonard Olobo, presidente del Centro de Justicia y Paz Juan Pablo II cuyo objetivo es poner en práctica el compromiso de la Iglesia con la justicia, la solidaridad y los derechos humanos.

La Fundación Juan Pablo II del Vaticano instituyó el premio para honrar a personas, organizaciones o iniciativas que «en sus actividades científicas, culturales y sociales, hacen uso de las enseñanzas o la inspiración de san Juan Pablo II y contribuyen a la promoción de su herencia», indica en un comunicado de prensa la fundación. «Este premio es una clara manifestación de que nuestra misión resuena con el espíritu de an Juan Pablo II, sobre cuyo legado se creó la fundación», afirma por su parte Olobo.

El centro encara de frente la plaga de la trata de seres humanos. A través de talleres, actividades de divulgación comunitaria, programas de radio y reuniones municipales, el centro educa a las personas más vulnerables que están expuestas a los peligros de estas redes de tráfico de personas sobre las maneras que tienen para captarlos los que se enriquecen con estas formas de esclavitud moderna.

Uganda es un territorio fértil para este delito sobre todo por su posición geográfica al sur de Sudán del Sur. Es uno de los países de acogida de los inmigrantes que atraviesan la frontera para huir de la violencia. Según datos de la ONU, Uganda acoge a más de 1,6 millones de refugiados, la mayoría —el 59 %— procedentes de Sudán del Sur.

Olobo asegura que la gente suele ser víctima por falta de información, mientras que otros «ayudan sin querer a su propio tráfico». A su juicio el centro no solo les ayuda mediante el diálogo comunitario, con «conferencias de oración interreligiosas y formación en resolución de conflictos, sino también mediante la capacitación económica». «Con la promoción de medios de subsistencia, capacitamos a los refugiados en áreas como agroecología, sastrería, cría de peces, panadería, fabricación de jabón, apicultura», señala.

Los desplazados también se forman en los clubes Laudato Si, inspirados en la encíclica medioambiental del Papa Francisco, que «animan a la dirección de la escuela a plantar árboles en los terrenos de la escuela».

Además promueven en las iglesias el programa «un bautismo, un árbol», por el que los padres que quieren bautizar a sus hijos reciben una catequesis para que planten al menos algunos árboles en los terrenos de sus viviendas.

«Acabamos de lanzar un proyecto sobre seguridad alimentaria centrado en la agroecología que promueve cultivos y semillas autóctonos», explica Olobo sobre las numerosas iniciativas medioambientales. El centro también aboga por la educación de las niñas y organiza talleres contra la corrupción y la violencia para las fuerzas del orden.

Asimismo, de cara a las elecciones ugandesas de 2026, el centro se ha comprometido a «promover las prácticas democráticas y la participación ciudadana», especialmente teniendo en cuenta el historial de violencia, intimidación e irregularidades electorales de Uganda. La ceremonia de entrega del Premio San Juan Pablo II tuvo lugar este jueves en el Vaticano.