Los obispos de Colombia lanzan un SOS ante los incendios forestales

Los obispos de Colombia lanzan un SOS ante los incendios forestales

Hace falta «una acción inmediata» ante esta «gravísima emergencia», subrayó el presidente de la conferencia episcopal del país en un videomensaje

María Martínez López
Casi 11.000 hectáreas se han visto afectadas
Casi 11.000 hectáreas se han visto afectadas. Foto: CELAM.

La oleada de incendios forestales causada por la sequía y las altas temperaturas afecta a 10.875 hectáreas de Colombia, según ha informado este lunes la Unidad de Gestión de Riesgos y Desastres (UNGRD). De los 37 focos que ha habido en los últimos días, 14 permanecen activos.

Se trata de una «gravísima emergencia», según la Conferencia Episcopal de Colombia. Esta situación compromete la vida y el bienestar de las comunidades y ecosistemas, afirma en un videomensaje hecho público el pasado viernes Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente del episcopado. Por ello resulta imperativo generar «una acción inmediata», asegura, al tiempo que pide «a toda la institucionalidad y a toda la sociedad civil» a unir esfuerzos y atender el problema ambiental. «Es un SOS, nuestras comunidades desde varios lugares del país nos lo reclaman».

Abunda en ello el presidente de la Comisión Episcopal Pastoral Social, Juan Carlos Barreto: «Desde la Iglesia hemos recibido el llamado de las regiones del país, especialmente las más afectadas en este momento, Tolima, Huila, Cundinamarca, Cauca, Valle del Cauca y Nariño». Así, informa Vatican News, invita al «Gobierno nacional, las gobernaciones departamentales, los alcaldes de cada municipio, las corporaciones ambientales, el Ejército, toda la comunidad, sociedad civil» a reaccionar prontamente para evitar lo que denomina una «catástrofe ambiental».

En todo el continente

Hispanoamérica pasa por una de las peores épocas de sequía en los últimos meses, lo que ha generado las condiciones propicias para la generación y propagación de múltiples incendios en la región, en especial en la Amazonia. La semana pasada, los informes hablaban de al menos 350.370 fuegos forestales, recoge EFE.

Según el Instituto Brasileño de Investigación Espacial (INPE), los incendios registrados en lo que va de 2024 han sido los peores de los últimos 15 años la región, superando a los reportados en 2023 (344.391).

En el caso de Brasil, se han registrado 128.000 focos de incendio entre agosto y lo que va de septiembre y un total de 11,9 millones de hectáreas han sido devastadas por las llamas en los primeros ocho meses de este año, de las cuales la mitad son en la Amazonia.

Los incendios desatados entre junio y agosto en la Amazonía brasileña emitieron 31,5 millones de toneladas de dióxido de carbono (CO2) equivalente, un volumen 60 % superior al registrado en el mismo período del año pasado. Además, la sequía ha reducido al mínimo los caudales de varios ríos importantes en la Amazonía, dejando a comunidades rurales aisladas y causando dificultades en el tránsito de personas y mercancías, que en la región dependen del transporte fluvial.

Bolivia ya ha perdido más de 3,8 millones de hectáreas de bosques y pastizales en zonas que albergan la mayor biodiversidad del país. Esto llevó al Gobierno a declarar la «emergencia nacional».

Pésame de los obispos portugueses

También en Portugal los obispos han mostrado su «dolor y solidaridad» por «la trágica situación de los incendios que asolan nuestro país». En un mensaje enviado la semana pasada a la agencia Ecclesia, la Conferencia Episcopal Portuguesa encomendó a Dios «el sufrimiento de todas las personas y familias afectadas por esta devastación, especialmente las que sufrieron la inestimable pérdida de sus seres queridos».

La ola de incendios que ha solado el norte y centro de Portugal ha dejado cinco fallecidos (cuatro de ellos bomberos), y doce heridos graves. Además, arrasó 94.146 hectáreas entre el sábado y el miércoles, informa EFE. La CEP expresó «una palabra de valentía y profundo agradecimiento a los bomberos que, poniendo en riesgo su propia vida, combaten incansablemente las llamas, así como a otras fuerzas de seguridad, entidades civiles y voluntarios que hacen todo lo posible para salvar vidas y prevenir mayor pérdida de propiedad».

El episcopado pidió también un «compromiso firme con la prevención». Ya en abril de 2017 hizo pública la nota pastoral Cuidando de nuestros casa común – prevenir y evitar incendios.