Habla la religiosa que abandonó Belorado: «Tenía que salir para no pertenecer a esa secta» - Alfa y Omega

Habla la religiosa que abandonó Belorado: «Tenía que salir para no pertenecer a esa secta»

El Diario de Burgos recoge una entrevista a sor Amparo, la clarisa de la comunidad cismática que decidió abandonar la que era su casa antes que sumarse a la Pía Unión de San Pablo. Asegura que no todas las religiosas sabían de la decisión de la comunidad

Redacción
Fachada exterior del monasterio en Belorado
Fachada exterior del monasterio en Belorado. Foto: Félix Ordóñez.

Sor Amparo ha decidido hablar sobre cómo ha sido su salida de Belorado. Esta semana, la que era su tranquila casa ha estado en el ojo del huracán por la decisión de la comunidad de separarse de la Iglesia y cobijarse bajo la guía del obispo sedevacantista y excomulgado Pablo de Rojas. Después de 20 años entre sus muros, ella prefirió abandonar el convento a sumarse al cisma.

No desea comparecer ante los medios, pero, en una entrevista al Diario de Burgos, ha querido dar explicaciones desde el convento de Castil de Lences. Dice que está muy bien, «pero con mucho dolor». Asegura que le preocupan, sobre todo, las cinco hermanas mayores que han quedado en Belorado.

Sor Amparo, que lleva 62 años como religiosa, rememora el momento en el que el mismo Pablo de Rojas les informó de la separación. Ella no lo había visto nunca en persona hasta ese día, el 12 de mayo. «Hace unos años lo vi en una revista, y me pareció, con perdón, un “fantoche”, como dijimos muchas, al ver aquello. En ese momento nadie creía en esto. Esto se ha fraguado poco a poco. Ellas sabrán», responde.

Ese domingo, víspera de la fiesta de la Virgen de Fátima y de la publicación del manifiesto de la comunidad, De Rojas comunicó a las hermanas, reunidas en el locutorio, que a partir de ese momento era su obispo y quedaban bajo su jurisdicción. «Y yo me levanté y le rebatí bastante. El Señor me puso las palabras en la boca, lo que tenía que decir: “Estamos bajo la jurisdicción de don Mario. Él es el sucesor de los apóstoles para la archidiócesis de Burgos”, le respondí», recuerda sor Amparo.

De Rojas le espetó que eso no valía para nada y «más burradas contra la Iglesia». «Yo por nada del mundo salgo de mi Madre la Iglesia y por nada del mundo dejo mi obediencia al sucesor de San Pedro, que en este momento es el Papa Francisco. Estuvo intentando convencerme, pero estuve muy firme», continúa sor Amparo.

Recuerda que señaló que no era lícito plantear la cuestión sin haber reunido al capítulo. De Rojas respondió que la decisión ya estaba tomada «desde hacía mucho tiempo y que todas estaban de acuerdo». No era verdad porque sor Amparo no sabía nada, así como tampoco las religiosas más mayores. Pablo de Rojas contestó con una reveladora frase que apuntala ciertas sospechas: «Me respondió que, con que hubiera una mayoría era suficiente. Al final, me dijo que, si yo no aceptaba estar bajo su jurisdicción, tendría que marcharme. Así de tajante».

La religiosa explica que tuvo que irse sin poder siquiera despedirse de las religiosas más mayores, pero se reafirma en su decisión: «Tenía que salir. Sobre todo, para no pertenecer a esta secta, por nada del mundo».

Así se lo comunicó a la madre abadesa ,que no le puso traba ninguna. Dice que ha sabido de la repercusión del caso y que todo le da pena. Como cuando oye a sus hermanas decir que el Papa Francisco es un farsante: «A mí no me han dicho eso, no se atrevieron. Lo dijo el señor Pablo de Rojas, pero a mí no me dijeron ni palabra. Lo he visto después en la televisión. Pienso que es una repetición de lo que él les dice». Sor Amparo no ha podido hablar con sus hermanas de todo lo que ha sucedido.