Radiografía de la asignatura de Religión tras la LOMCE
A pesar de que el anuncio de una nueva Ley de Educación alentó las mejores expectativas para hacer justicia a la clase de Religión tras años de desplantes y de ataques, el resultado de la LOMCE aprobada por el Gobierno del PP ha sido decepcionante, según denuncian los sindicatos de profesores y los obispos españoles. Tras los Reales Decretos aprobados el pasado diciembre, la asignatura queda peor que con la ley de Zapatero y pone en peligro miles de puestos de trabajo
Dos de cada tres familias eligen libremente que sus hijos cursen la asignatura de Religión católica. Ocho de cada diez españoles están de acuerdo en que se imparta en las aulas, según el último barómetro elaborado por CONCAPA. Sin embargo, el Gobierno del Partido Popular ha pergeñado una ley que deja a la materia en peores condiciones que la LOE elaborada por el Ejecutivo de Zapatero, y que ha abierto la puerta a que los Gobiernos autonómicos la marginen en el horario y pongan contra las cuerdas a sus profesores. Repasamos la situación actual de la clase de Religión, para aclarar qué hay tras los ataques que recibe:
¿Cuántos alumnos cursan la asignatura?
Según la Conferencia Episcopal, con datos recabados por 61 diócesis y cruzados con los del Ministerio de Educación, en el curso 2013/2014, de un total de 5.385.601 alumnos matriculados entre Infantil y Bachillerato, 3.501.555 pidieron recibir enseñanza religiosa católica, o sea, el 65 %.
¿También son mayoría en la escuela estatal?
Con independencia del tipo de centro, la mayoría de las familias escogen, año tras año, esta materia. En el curso pasado, optaron por ella el 56,5 % de los alumnos de colegios e institutos estatales; el 97,7 % de los estudiantes en centros concertados o privados católicos; y el 69,8 % de los alumnos de colegios concertados o privados no-católicos.
65 % Más de tres millones y medio de alumnos, o sea, el 65 % del total, pidió recibir Religión católica durante el curso 2013/2014.
97 % La mayoría de los 14.000 docentes de Religión católica que hay en España son laicos. Sólo en Andalucía, el 97 % de los profesores son seglares, padres y madres de familia.
50 % País Vasco, Castilla y León, Canarias, Andalucía, Ceuta y Melilla han reducido a la mitad las horas de Religión: de 45 a 90 minutos. Galicia y Asturias pasan de 90 a 60.
¿Es obligatorio estudiarla?
No. Todas las leyes educativas en democracia han establecido lo mismo: es obligatorio para los centros ofertarla, y es voluntario para los alumnos cursarla o no. Las leyes han ido cambiando la alternativa académica a esta materia y su carácter evaluable, pero nunca se ha obligado a ningún alumno a estudiar Religión si no lo había solicitado.
¿En qué ha cambiado la LOMCE la situación?
La LOMCE ha introducido mejoras, y también severos retrocesos. Como explica José María Guardia, Presidente de APPRECE (Asociación Profesional de Profesores de Enseñanza Religiosa en Centros Estatales) «la LOMCE ha corregido dos desigualdades que venía sufriendo la clase de Religión desde que se aprobó la LOGSE en 1990: ha incluido una alternativa académica –en Primaria, Valores Sociales y Cívicos, y en Secundaria, Valores Éticos– para quienes no optan por cursar Religión; y ha vuelto a considerarla evaluable», por lo que contará para la nota media.
¿Y por qué se dice que estamos peor que con la LOE de Zapatero?
El Secretario General de la Conferencia Episcopal reconoció, a finales del curso pasado, que a pesar de las mejoras, la LOMCE deja a esta materia peor que con la ley anterior elaborada por el PSOE. Guardia abunda en la cuestión y denuncia que «la Religión no va a entrar en las pruebas finales de Secundaria, ni en Selectividad, por lo que no computará para la nota de esas pruebas», que son el 40 % del expediente académico. Además, en los Reales Decretos sobre Bachillerato, que el Ministerio aprobó el pasado 24 de diciembre, no se ha corregido otra de las cuestiones que más preocupan a los sindicatos y a la Conferencia Episcopal: en Bachiller, la Religión puede no ofertarse en los centros aunque los padres lo soliciten, pues forma parte de un saco de 14 asignaturas, de las que los centros podrán ofrecer entre 3 y 5. Con los Decretos de diciembre, el Gobierno ha dado la espalda a las esperanzas de los obispos por mejorar este punto, que han criticado desde que se presentaron los primeros borradores de la ley. Por si fuera poco, la LOMCE ha reducido, de 90 a 45 minutos semanales, el horario lectivo mínimo, y 6 Comunidades ya han aprovechado esto para recortar la carga horaria de esta asignatura.
¿Qué Gobiernos han recortado los horarios?
Seis Autonomías, además de Ceuta y Melilla, han recortado la carga horaria: Castilla y León (PP), Andalucía (PSOE), País Vasco (PNV) y Canarias (Coalición Canaria) han pasado, de 90 minutos a la semana, a 45. Galicia (PP) y Asturias (PSOE) lo han hecho de 90 a 60 minutos. Y en Ceuta y Melilla, que no tienen competencias en Educación, el Gobierno deja sólo los 45 minutos semanales.
¿Por qué lo han hecho?
El Presidente nacional de APPRECE señala que «detrás de esta reducción y del resto de ataques a la asignatura, tanto del Gobierno central como de los autonómicos, hay una visión trasnochada e ideológica, que no respeta los derechos de las familias, ni los derechos laborales de los profesores».
¿Cómo afectará esto a los profesores?
Como han denunciado los sindicatos ANPE, APPRECE, CSIF y USO, el recorte de la carga horaria puede implicar dos escenarios: el despido de la mitad de la plantilla, o «la reducción de la jornada a todo el profesorado en activo, dando a entender a la opinión pública que no se despide a nadie, por lo que estaríamos ante un ERE encubierto, pues una mayoría tendría sueldos por debajo del salario mínimo, teniendo que pagarse de su bolsillo en muchos casos el desplazamiento entre colegios». Y todo, según Guardia, «sin negociación previa, y saltándose los acuerdos laborales».
¿Y a los alumnos?
José María Guardia asegura que, «con 45 minutos a la semana, es imposible dar el temario que aparece en el currículo aprobado por el Ministerio, ni hacer otras actividades formativas con los alumnos, así que los más perjudicados serán ellos. La clase de Religión es clave para la formación integral que dice perseguir la LOMCE, y aporta una riqueza cultural, moral, intelectual y espiritual que es absurdo sacar de la escuela. Por eso, una forma de arreglar en parte este problema es que, cuando el Ministerio apruebe los currículos presentados por la Conferencia Episcopal, fije en 90 minutos la carga horaria necesaria para impartirlos».
¿Cuántos docentes de Religión hay en España?
Según la CEE, hay casi 14.000 profesores de Religión católica capacitados para impartir esta enseñanza en centros públicos. De ellos, la mayoría son seglares. Sólo en Andalucía, el 97 % de los docentes son laicos con más de 10 años de experiencia, como aseguran los sindicatos ANPE, CSIF, USO y APPRECE.
¿Qué requisitos académicos necesita un profesor para poder impartirla?
Los mismos que cualquier profesor: la Licenciatura o el Grado de Magisterio para Infantil y Primaria; y una Licenciatura o Grado universitario civil para Secundaria o Bachillerato. Y además, se les exige un segundo Grado o Licenciatura: en Estudios Eclesiásticos o en Ciencias Religiosas, para Infantil y Primaria; o en Teología o en Ciencias Religiosas para Secundaria y Bachillerato. Como no tienen que aprobar una oposición, su régimen laboral es análogo al de cualquier profesor interino de su etapa docente.
¿Y qué requisitos religiosos se le exigen?
Para ser profesor de Religión católica, la Iglesia exige la Declaración Eclesiástica de Competencia Académica (DECA), expedida por la Comisión episcopal de Enseñanza y Catequesis de la CEE, y haber obtenido del obispo de la diócesis en la que va a impartir clases la Declaración Eclesiástica de Idoneidad (DEI). En Infantil y Primaria, la Iglesia exige, además, una experiencia previa de 300 horas lectivas. Como explica la Comisión episcopal de Enseñanza de la CEE, la obtención de la DEI «supone recta doctrina y testimonio de vida cristiana», pues «está basada en consideraciones de índole moral y religiosa, criterios cuya definición corresponde al obispo diocesano», que es quien presenta sus candidatos al Ministerio de Educación y a las Consejerías.
¿Por qué la Iglesia elige a los profesores y el contenido de la asignatura?
La Ley Orgánica de Libertad Religiosa y el Tribunal de Estrasburgo reconocen que ningún Estado es competente para establecer qué se ajusta y qué no a un credo religioso; y, por tanto, quién está capacitado para enseñarlo y qué se debe enseñar. Por eso, tanto la LOLR como dos recientes sentencias del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo reconocen que depende sólo de las autoridades de esa confesión designar los contenidos de su fe y a las personas encargadas de transmitirla, con la única limitación de no ser contrarios al orden público.