O te vas, o te echamos - Alfa y Omega

Las casas que aparecen en las imágenes se conocen como casas clavo. Se llaman así porque permanecen clavadas a la tierra pese al hostigamiento de las constructoras, que quieren desalojar a sus inquilinos para levantar en su lugar grandes centros comerciales o monstruosos edificios de viviendas más acordes, según ellos, con el rápido crecimiento económico que está experimentando China.

Por su parte, los dueños de las casas no están de acuerdo con la indemnización que se les ofrece, que en muchos casos está muy por debajo del precio real de la vivienda en el mercado.

En 2007 se aprobó la primera Ley de Propiedad en China que reconocía la propiedad privada. A ella se aferran estos ciudadanos para permanecer en sus casas o, por lo menos, para intentar obtener un buen precio por ellas.

Las constructoras, durante la negociación y como forma de intimidación, comienzan a demoler los alrededores y levantan megaestructuras, llegando incluso a cortar los suministros de agua, luz, gas y los accesos a la vivienda.

Las casas clavo se erigen así en símbolos de resistencia frente al consumismo y la modernidad exacerbada y en una llamada de atención para que no prime los intereses económicos antes que los humanos.