Carlos Romero: «Evangelizar no es juntarnos los de siempre para hablar de lo mismo»
El presidente de la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) y de la Fundación Universitaria San Pablo CEU presenta el XVII Congreso Católicos y Vida Pública, que se celebra del 13 al 15 de noviembre en Madrid con el lema Construir la democracia: responsabilidad y bien común
En un año eminentemente electoral —dijo usted en la presentación del congreso—, había que hablar de Política, en mayúscula. ¿Qué es Política en mayúscula?
No podemos entrar en cuestiones de corto alcance. Esos temas son necesarios en la política diaria, pero nosotros no debemos entrar en la política partidista. Tenemos que hablar de los partidos políticos en general, pero sin entrar en la batalla partidista. Sería un error. Esto lo tuvimos claro ya desde el primer momento, cuando, a principios de año, se decidió unánimemente que, en este 2015 marcado por varias elecciones, la política tenía que ser el tema del Congreso.
Pero sí se invita a políticos concretos, en un momento en el que la política es un campo de minas. Este año viene algún representante del PSOE, un partido que está pidiendo la retirada de la Religión. Hace unos años se invitó a Viktor Orban, el primer ministro de Hungría, que sí, defiende la familia y las raíces cristianas de Europa, pero ahora vemos lo que está haciendo con los refugiados…
Es un riesgo, pero lo que no podemos es juntarnos los de siempre para hablar de lo mismo: yo te evangelizo a ti, tú me evangelizas a mí, nos evangelizamos entre nosotros… Tenemos que buscar a gente que tenga un mensaje razonable y con quien se pueda dialogar, discutir. Nos tenemos que abrir a todos. En el programa de este año, traemos a representantes, si no de todos, sí de casi todos los partidos políticos. Procuramos que haya variedad. Si lleváramos al Congreso a personas que pensaran todas igual, de entrada sería un poco aburrido. Tiene que haber debate. El programa creo que ha quedado bastante bien, aunque ha habido gente que no estaba de acuerdo con algunos invitados y así me lo ha hecho saber. Por cierto, ninguno cobra por venir. Hacen un esfuerzo muy grande por estar con nosotros y hay que agradecérselo.
El exministro Alberto Ruiz Gallardón puso el listón bien alto el año pasado con su alegato provida.
¡Pero la que me cayó por invitarle! «¡¿Cómo puedes traerle al Congreso?!». Y luego, ¡qué bien habló!
La primera ponencia marca siempre el rumbo del congreso. Este año el primer ponente será usted, que hablará sobre El compromiso político en la vida pública. ¿Qué rumbo va a marcarle al congreso?
No hacemos más que quejarnos, pero la protesta no lleva a ninguna parte. Deja mal sabor de boca y no sirve para conseguir nada. Lo que proponemos es una mayor participación en la vida pública, ya sea en la política o en la sociedad civil, cada uno en el ámbito que vea que es más indicado: en el mundo educativo, en los medios, en la economía, en la cultura… Si no participamos, el único recurso que nos queda es votar cada cuatro años.
En la política al menos, el ambiente no anima precisamente hoy a participar.
Eso es porque lo hemos dejado todo en manos de los partidos políticos. Y los partidos se han profesionalizado. Son cerrados. El partido toma sus decisiones de acuerdo con encuestas y estudios sociológicos. A los votantes les piden el voto ahora en la campaña, pero también nosotros tendríamos que pedirles cuentas.
«La realidad actual es compleja, llena de incertidumbres. Todo está cambiando —la ciencia, la sociedad…—, y todo, absolutamente todo, va a seguir cambiando», pero «no podemos mirar la época actual de una manera negativa y temerosa».
Con este diagnóstico comenzaba el jurista Antonio Garrigues Walker su intervención en el acto de presentación del XVII Congreso Católicos y vida pública, celebrado el 5 de noviembre en la Universidad CEU San Pablo.
Para no naufragar en tiempos de incertidumbre —añadió—, «solo hay un camino seguro: el camino ético. No hay otro». Esto supone establecer ciertos límites a la investigación científica o prestar más atención al problema de «la pavorosa desigualdad» social en el mundo, que se ha disparado con la crisis económica.
Pero el tema estrella de la presentación fueron los procesos migratorios. «Tenemos que entender en Europa que no vamos a poder pararlos».
Para la Europa envejecida la llegada de refugiados puede ser una gran oportunidad. O un factor de estallido social: «si no empezamos a aplicar políticas comunes, quieran o no quieran algunos, esto va a generar en toda Europa movimientos xenófobos y racistas». Es importante que se perciba que las autoridades tienen un plan de actuación. «Si el ciudadano medio ve que el proceso está descontrolado, va a rechazarlo inevitablemente».
De entrada, dijo, es un deber moral empatizar con los refugiados, especialmente desde un país como España, que ha conocido bien lo que significa el exilio y la emigración. «Somos ellos», dijo Garrigues. Debemos ponernos en su piel para intentar «entender el daño que puede sufrir un refugiado obligado a olvidar sus raíces y hacer enormes sacrificios» para salvar la vida de su familia. Con «vallas cada vez más altas, no les vamos a detener».
Hace falta corazón, pero también cabeza, «pragmatismo». Y tener claro que el verdadero reto no es la acogida inicial. Más allá de las primeras respuestas movidas por el emotivismo, el gran desafío será la integración de estos refugiados en las sociedades europeas, un proceso que va a durar varios años.
El carisma propio de la ACdP es ponerse al servicio de la Iglesia diocesana y fomentar la participación en la vida pública. ¿Cómo se dirige el sentido de esa partición desde arriba —en la relación con cada obispo— hasta abajo en cada diócesis?
Esta es una asociación de laicos. Nuestro carisma es la participación en la vida pública. No hay dos centros iguales: unos son más grandes y más activos… Pero existe siempre la misma intención de tratar de influir en la gente para que participe y darle criterio. Un empeño de la Asociación es que cada propagandista trate de influir en la vida pública en la medida de sus posibilidades, de sus preferencias, de sus cualidades… Pero no hay indicaciones precisas. Cada centro, de acuerdo a las circunstancias de su entorno, decide por dónde ir. El centro de Cádiz, por ejemplo, ha puesto en marcha un curso de Doctrina Social de la Iglesia; en Valencia tenemos una exposición de arte sacro. Cada centro hace lo que le parece oportuno y nosotros le apoyamos en todo.
De algún modo, hay dos Congresos Católicos y Vida Pública: el oficial, el que se ve, y el oculto: las charlas durante el café, en las comidas, en los traslados… ¿Qué espera de este otro Congreso?
Esa vida del Congreso es muy interesante. Siempre se establecen nuevos lazos de amistad. Es lugar de encuentro. De ahí surgen muchas iniciativas que no conocemos o de las que te enteras después de mucho tiempo…
El consiliario de la ACdP, el obispo auxiliar de Madrid monseñor Fidel Herráez, ha sido nombrado arzobispo de Burgos. ¿Cómo ha sido el trato con él estos años?
Desde la Asociación, nos hemos alegrado mucho por el nombramiento de don Fidel. Yo he tenido siempre una relación magnífica con él. Está siendo una experiencia muy bonita el trato con él.
Por segundo año consecutivo, Católicos y Vida Pública se celebra en el Campus de Montepríncipe del CEU. El nuncio, monseñor Renzo Fratini, llevará allí el saludo del Papa a los congresistas.
Entre los ponentes, abundan los políticos. El periodista Víctor Arribas modera el sábado un debate con la concejal madrileña Begoña Villacís, el fundador del Partido Decide en Común, Alberto Sotillos, y el alcalde popular de Boadilla (Madrid), Antonio González Terol. Desfilarán también por el Congreso el concejal madrileño Miguel Carmona (PSOE) y numerosos periodistas, entre otros Carlos Herrera (COPE), que tendrá a su cargo el domingo la conferencia de clausura, Bieito Rubido (ABC), Francisco Marhuenda (La Razón), Javier Ayuso (El País), Victoria Prego (El Mundo)… Entre los ponentes de perfil más académico, figuran Mikel Buesa (U. Complutense), Charles Powell (Real Instituto Elcano), Benigno Pendás, Agustín Domingo Moratalla (U. de Valencia) o Juan María Laboa (U. Gregoriana). En la noche del viernes, abierta al público, se celebra en el Colegio Mayor San Pablo la tradicional Noche Joven. Entre los participantes, están el padre Damián (concursante de La Voz de Tele 5), Carlos Moreno El Pulpo (Cadena Cien) y la periodista de Alfa y Omega Cristina Sánchez. Modera el director de Medios del Arzobispado de Madrid, Rodrigo Pinedo.
Información: www.congreso.ceu.es