Pedacito de Lourdes en Cartagena
«Empecé a peregrinar a Lourdes en el Tren de la Esperanza de la mano de mi padre, cuando tenía 8 años», cuenta Joaquín Martínez, presidente de la Hospitalidad de Lourdes en la diócesis de Cartagena. 34 años después, Joaquín sigue formando parte de la asociación y asegura que en ningún momento se ha sentido cansado de acompañar a los enfermos, porque aquello es «un trozo de cielo en la tierra». De hecho, reconoce, «empiezo a echar de menos Lourdes el mismo día que tengo que volver».
El presidente, lejos de desanimarse ante el cansancio o la convivencia con la enfermedad, cuenta que va cada año hasta el santuario mariano «a cargar las pilas, porque es un lugar donde siempre te encuentras a alguien que está ayudando a quien más lo necesita. Y ves a los a voluntarios y a los enfermos con una sonrisa constante. Es una experiencia que transforma y da fuerzas para afrontar el año».
De las muchas anécdotas que Joaquín ha reunido en estos 34 años recuerda cuando «un enfermo que no podía mover las manos y no tenía piernas, me preguntó: “Joaquín, ¿tú has dado gracias a Dios por poder asearte, por poder vestirte esta mañana? ¿Tú crees que Dios te quiere más a ti que a mí?”. Esto me impactó mucho y me hizo reflexionar, porque en la enfermedad te encuentras al Señor y aprendes a valorar más la vida. Como dice el Papa Francisco, quién toca un enfermo toca la carne de Cristo y yo he comprobado que es cierto».
El domingo 25 de octubre, los miembros de la Hospitalidad tuvieron su pedacito de Lourdes en tierra española. Cerca de 50 enfermos y más de mil personas, entre hospitalarios y peregrinos, emprendieron el camino hasta la Real Basílica de Nuestra Señora de la Caridad, una iglesia de Cartagena donde este curso, con motivo del Año de la Caridad, se puede ganar la indulgencia plenaria.
«Fue un día de fraternidad, de alegría, de esperanza. Un día donde los enfermos son felices», cuenta el presidente de la Hospitalidad. «Siempre digo que ser hospitalario es una forma de vida. Los que lo somos, vivimos para amar, servir y olvidarnos, como reza nuestro lema». «Todos los días intentamos vivir la peregrinación a Lourdes en nuestra casa, en nuestro trabajo, en Murcia o en cualquier lugar donde estemos».