¿Miedo a empezar en el instituto? «No es para tanto» - Alfa y Omega

¿Miedo a empezar en el instituto? «No es para tanto»

María Martínez López
Jornadas de Ocio y Tiempo Libre del instituto Julio Verne, el curso pasado. Foto: IES Julio Verne

Hay unos niños a los que, ahora, en septiembre, les produce más nervios de lo normal el primer día de colegio. Son los que empiezan 1º de ESO. Pasan del colegio al instituto, donde son los pequeños. «Llegan asustados, y sus padres también lo están», nos cuenta Javier Bellón, director del instituto público Julio Verne, de Leganés (Madrid). Lo que más preocupa a los chicos es ir a un sitio nuevo: «No saben qué van a encontrar, y quizá llevan todo el verano dándole vueltas. Además, les asusta que los chicos mayores puedan molestarles».

Lucía Arrula, orientadora del centro de los salesianos en Pamplona, explica que también es muy común tener «miedo de estar solos, de no conocer a nadie si sus amigos van a otro instituto». Este miedo es normal, pero ambos profesores nos explican que en unas semanas se les suele pasar. «Cuando les preguntamos después, contestan que no era para tanto», dice Javier. En su instituto, «todos los chicos están juntos en el patio, pero los mayores suelen ir a lo suyo y no hacen caso a los pequeños. A veces hay peleas, pero los profesores de guardia están pendientes» y lo solucionan. «Además, en los institutos nos hemos puesto firmes y no permitimos que se hagan novatadas a los nuevos». En Pamplona, los chicos de 1º y 2º de ESO tienen su propio pasillo y recreos, porque en el centro además de ESO y Bachillerato hay Formación Profesional, por lo que hay bastantes mayores.

Los alumnos de 1º ESO A del Julio Verne, en su primer día de clase. Foto: IES Julio Verne

Las clases son distintas

En lo que más se nota el cambio, según Javier y Lucía, es en el estudio: «Vienen acostumbrados a tener dos o tres profesores en Primaria, y aquí tienen uno por asignatura». Los profesores siguen cada uno su propio estilo, y los chicos se desorientan al tener que cambiar cada hora de profesor, y a veces hasta de aula. «Otra diferencia es que en Primaria están muy pendientes de ellos, mientras que aquí los chicos tienen más libertad». Si el alumno no El paso al instituto también es difícil porque puede coincidir con el momento en el que el cuerpo de los chicos y las chicas empieza a cambiar, y se sienten raros por eso. «Dentro de una misma clase hay chicos muy diferentes –cuenta Lucía–: algunos todavía se lo pasan bien jugando, y otros ya prefieren salir los sábados con sus amigos», cuenta Lucía. Lo fundamental, y así intentan enseñárselo los tutores, es no intentar imitar a los mayores porque sí, y estar contentos sabiendo que «cada uno somos diferentes».

Los profesores ayudan

Algunos institutos se esfuerzan mucho para que el cambio de los niños que llegan de Primaria sea fácil. En Madrid, antes del verano, el instituto Julio Verne organiza unas Jornadas de Ocio y Tiempo Libre con muchas actividades. «Son para nuestros alumnos, pero invitamos a los de 6º de Primaria de los colegios cercanos. Así, cuando llegan en septiembre, ya nos conocen un poco», cuenta el director del centro, Javier Bellón.

Además –añade–, «tenemos un programa de tutoría personalizada, para que los alumnos que quieran puedan hablar unos minutos con su tutor cada semana». Durante ese tiempo, ven cómo llevan las clases y pueden compartir lo que les preocupa.

En los salesianos de Pamplona –cuenta la orientadora Lucía Arrula–, «nada más empezar, hacemos una convivencia para conocernos entre todos, y les enseñamos el centro. Los primeros días, los tutores hacen actividades para crear unidad en el grupo, y dedican mucho tiempo a enseñar a los chicos a organizarse»: apuntar las tareas en la agenda, repasar todos los días lo que se ha dado y mirar las clases del día siguiente para comprobar que se ha hecho todo, etc. «Si te organizas bien y trabajas un poco cada día, es fácil».