Sindicatos, padres, centros y obispos piden un Pacto Educativo al nuevo ministro
La llegada al Ministerio de Educación de Íñigo Méndez de Vigo, en sustitución de José Ignacio Wert, ha vuelto a poner sobre la mesa la necesidad de un Pacto de Estado por la Educación. El portavoz de la CEE, Escuelas Católicas, CECE, COFAPA y FE-USO han dado la bienvenida al nuevo ministro pidiéndole diálogo, colaboración y participación; y han valorado con dureza la gestión de Wert
El nombramiento del hasta ahora Secretario de Estado para la Unión Europea, Íñigo Méndez de Vigo, como nuevo ministro de Educación, ha vuelto a sacar a la luz «la necesidad de que en nuestro país lleguemos a un gran pacto escolar, más allá de las contingencias del cabio de un ministro y de alternancia política». Así lo ha asegurado hoy el secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo. Un pacto que permita abordar los graves problemas que tiene nuestro sistema educativo y también «dilucidar la cuestión religiosa con normalidad, y el respeto al derecho de los padres, que marca la Constitución, para que sus hijos sean educados según sus convicciones». José María Gil ha explicado que el Pacto de Estado que España necesita «no es con un ministro o un Gobierno», sino con todos los agentes educativos, y ha mostrado «la voluntad de diálogo y la disposición absoluta de la CEE para el diálogo, siempre desde la laicidad, respetando ámbitos, desde la colaboración y la independencia».
Los centros, preocupada por la LOMCE
También desde Escuelas Católicas, la principal patronal de centros concertados de España, han dado la bienvenida al nuevo Ministro, expresando su disposición «a colaborar para lograr una mejora de la educación en España, lo que pasa por un gran Pacto Educativo». Para alcanzarlo, Escuelas Católicas solicita «diálogo abierto y real con todas las organizaciones representativas del sector, con objeto de que conozca la realidad del sistema educativo». Además, dada «la inseguridad jurídica y el desconcierto que está generado entre las comunidades educativas la postura de algunas Comunidades Autónomas ante la LOMCE», Escuelas Católicas ha reclamado que el nuevo ministro «coordine la implantación de una ley que, nos guste o no, fue aprobada democráticamente, está vigente, y debe ser cumplida».
También los centros confederados en CECE han expresado su deseo de que el «talante y experiencia europeísta» de Méndez de Vigo «sirvan para superar antagonismos políticos e ideológicos y propicien la creación de un marco que incentive una enseñanza de mayor calidad y equidad». Su presidente, Alfonso Aguiló, ha llamado «a la unidad del sector» y ha solicitado el titular de Educación «que se reúna lo antes posible con las diversas organizaciones para que puedan exponerle de primera mano las dificultades y los retos que hay planteados».
Padres y profesores, con la mano tendida
Desde la asociación de padres COFAPA también han reclamado que el nuevo ministro apoye «la tarea de los padres como principales responsables de la educación de nuestros hijos, de lo que se deriva nuestro derecho a elegir con libertad la mejor educación para ellos». Para COFAPA, «sería muy positivo que se mantenga el objetivo de mejorar la relación familia-escuela y facilitar, a través de la formación de padres, las herramientas necesarias para su tarea educadora, teniendo en cuenta sobre todo a aquellas familias en situación más desfavorecida».
También la federación educativa del sindicato USO ha lamentado que «la LOMCE se ha implantado sin el suficiente diálogo y negociación y que en muchas cuestiones se ha realizado de espaldas a la comunidad educativa, especialmente a su profesorado», en «un contexto político y económico complicado, con sucesivos recortes que han afectado de manera muy negativa a las condiciones laborales y salariales del profesorado, a la inversión en educación y a los recursos materiales y humanos destinados a los centros». Por eso, animan a Méndez de Vigo a acometer cambios en el sistema, pues «todavía se está a tiempo de introducir mejoras que prestigien sobre todo el trabajo del profesorado, uno de los aspectos más urgentes y que debería ser para el ministro una prioridad».
Críticos con la LOMCE
FEUSO no ha sido la única entidad educativa que ha criticado la etapa del anterior ministro. También Escuelas Católicas ha lamentado que «la LOMCE haya sido una ocasión perdida para regular satisfactoriamente el sistema educativo de forma consensuada teniendo en cuenta las aportaciones del sector».
Del mismo modo, el portavoz de la CEE ha asegurado que para los obispos, «la valoración global de la LOMCE sobre la asignatura de Religión es deficiente. Su disminución horaria ha sido un golpe de efecto contra la asignatura y su marco escolar», a pesar de que todavía «más de un 70 % los padres lo eligen cada año».
El secretario general de la CEE ha recordado que «en Bachillerato se viola la libertad de elección», al permitir que no se oferte, y ha lamentado que a pesar de lo que establece la Ley, «en los reales decretos de desarrollo, la LOMCE se ha quedado en el camino». Ante los posibles boicots autonómicos a la ley, Gil Tamayo ha explicado que «en el ámbito de la enseñanza religiosa hay un gran peso de las Comunidades Autónomas, así que ahora entrarán en diálogo los obispos de las provincias eclesiásticas con los nuevo gobiernos autonómicos».