Santa Orosia, Reina, Virgen y Mártir y patrona de la Diócesis de Jaca
La versión tradicional más extendida de la vida de Santa Orosia, recopilada y escrita por Alavés y Lasala en 1702, nos cuenta que Santa Orosia nació en la ciudad bohemia de Laspicio en el año 855, un año después que sus padres, los príncipes Boriborio y Ludmila recibiesen las aguas bautismales. San Metodio, evangelizador de aquellas tierras hizo lo mismo con ella el año 868. Su nombre eslavo, Dovroslava, Eurosia en su versión grecolatina, significa «Buena Rosa». A los quince años de edad, el 870, fue casada mediante poderes con el mítico rey aragonés Fortún Garcés. El enlace fue propuesto por el papa Adriano II, quien vio conveniente la unión cuando se juntaron en Roma embajadores de ambos estados y estuvieron dispuestos los bohemios a aportar dinero a los aragoneses para la lucha contra los infieles.
La joven Orosia fue enviada a Aragón con la dúplice embajada que acudió a sus esponsales en Roma. Iban su tío Acisclo, obispo de Lusacia, y su hermano el infante Cornelio. Vinieron a España por Baviera, Alemania, las Galias y los Pirineos. Cruzaron la cordillera en octubre del año 870.
Los árabes, que se enteraron de la llegada de la princesa, avisaron a Aben Lupo de Tena, lugarteniente de Muza Abensacin, el cual organizó un pequeño ejército para capturar a la comitiva. La Santa y sus acompañantes fueron localizados en Yebra de Basa. Estos, avisados del peligro, treparon hacia lo más alto del monte Oturia y se escondieron en una cueva. El musulmán, después de batir y talar la montaña, los encuentra.
Tras matar a Acisclo, Cornelio y sus acompañantes, Aben Lupo se encontró solo frente a Orosia. Prendado por su belleza, juventud y condición noble, le propone casar con Miramamolln de Córdoba. Al no aceptar, comienza el martirio. Primero le cortan los brazos y las piernas a la altura de las rodillas, finalmente cae la cabeza. Sus restos fueron esparcidos por la explanada del Puerto.
No se sabe quién los inhumó. Dicen que fue obra de los ángeles. En la madrugada del día 25 de junio de 1072, y tras un agradable sueño, el pastor Guillén de Guasillo vio que un ángel bajaba del cielo. Tras arrodillarse le dijo: «Levanta pastor y oye las órdenes de tu Dios y Señor». Este, guiado por el ángel, llegó al lugar donde se encontraban enterrados los restos de la mártir desde hacía dos siglos. El ángel le dijo que los exhumase y que llevase la Cabeza a Yebra y el Cuerpo a Jaca. Tras el feliz hallazgo, metió los restos de la santa en su zurrón y marchó presuroso a cumplir su misión. No había acabado de llegar a Yebra, cuando las campanas de la iglesia empezaron a tocar solas. Lo mismo ocurrió en todos los pueblos del Valle de Basa y la Val Ancha por donde pasó con el Sagrado Cuerpo. Igualmente sucedió en Jaca cuando Guillen se presentó a sus puertas, saliendo el Cabildo a recibirle a la Puerta de las Monjas.
Los atributos de Santa Orosia son la corona y el cetro real, por ser hija de príncipes y esposa de rey, además de la palma del martirio. Su fiesta se celebra el 25 de junio.
Es patrona de Jaca y su diócesis, en donde además de su catedral, la parroquia de Yebra de Basa y sus respectivos ámbitos de influencia, existen huellas de su culto en Miramont, Puendeluna, Farasdués, Sos del Rey Católico y Uncastillo. El culto a Santa Orosia en la diócesis de Jaca se basa en la celebración de dos grandes romerías, independientes entre sí el 25 de junio, una a Jaca -sede del Cuerpo- y otra a Yebra de Basa -sede de la Cabeza- por los fieles de la comarca. Además, se celebran otras romerías menores durante el año.
El ámbito de influencia e intercesión de Santa Orosia se centra en las catástrofes naturales tales como sequías, plagas y pestes, además de la liberación de los demonios y malos espíritus. No faltan en los milagros atribuidos a la Santa casos personales como curaciones, devoluciones de los sentidos, resurrecciones, etc., todos en la línea taumatúrgica de Cristo en los Evangelios.
En el resto de Aragón podemos rastrear las huellas de Santa Orosia en Zaragoza, Alfajarin, Illueca, Alberuela de Laliena. Las Cuerlas, Calamocha, Burbáguena y Barbastro. En España las encontramos en Madrid y Tarragona. En el extranjero podemos tropezamos con Santa Orosia en La Paz (Bolivia), Oaxaca (México), en el Béarn (Francia), en la misma Praga y en las localidades italianas de Rovigo, Cammano, Tempi, San Leonardo y Venegazzú.