El estreno en las salas cinematográficas, durante estos días pasados, de la adaptación cinematográfica del betseller El Médico, de Noah Gordon, convierte en protagonista cultural, una vez más, a la fascinación, no pocas veces morbosa, que la Edad Media provoca en nuestros días. La Edad Media no debe ser entendida como un objeto que se arroja contra otras épocas de la Historia, sino como un período que tiene mucho que enseñarnos sobre nosotros mismos. El autor de esta obra es catedrático de Filosofía Medieval en la Sorbona, de París, y de Historia del Cristianismo europeo en la Universidad Ludwig-Maximiliän de Múnich, y uno de lo más destacados especialistas en filosofía medieval árabe y judía.
Si ahora nos calificamos de modernos, incluso hay quien se tilda de postmoderno sin haber digerido del todo la modernidad, es porque hemos superado la etapa de lo antiguo. Ya no estamos, por tanto, ni en la Edad Antigua ni en la Edad intermedia. Y, sin embargo, muchos de los retos a los que nos enfrentamos lo fueron también de esas Edades. Mientras vivimos una revalorización sin precedentes de la Edad Antigua, de la época clásica, la Edad Media se ha convertido en una leyenda. Y, como toda leyenda, es más permeable a la narración, a la ficción, que al estudio riguroso y al acercamiento científico y desapasionado. Rémi Brague confiesa que este libro, sobre todo su última parte, consiste en deshacer el gusano de la leyenda sobre al Edad Media, teniendo en cuenta que, «si el fondo comercial del intelectual consiste en repetir la opinión dominante y quedar bien, el deber del universitario es, sobre todo, restablecer lo que cree que es verdad, resulte o no agradable» (p.13). De ahí que nuestro autor inicie este libro con una entrevista, pórtico a y de su pensamiento. Un pensamiento que se extenderá con toda su profusión en cinco capítulos que abordarán, entre otros, los siguientes temas: Las lecciones de la Edad Media; Sentido y valor de la filosofía en las tres culturas medievales; Un modelo medieval de la subjetividad: la carne; Tres miradas musulmanas a la ciudad cristiana; La entrada de Aristóteles en Europa; El intermedio árabe; Algunos mitos mediterráneos; ¿Hubo en la Edad Media un diálogo entre religiones?; El geocentrismo como humillación del hombre; y ¿Es Averroes un buen tipo?
Quienes sientan una reduccionista curiosidad por los titulares periodísticos de síntesis, se pueden encontrar con tesis bien argumentadas sobre, valga el ejemplo, la cuestión del multiculturalismo, o del diálogo entre religiones, que les sorprenderán. O sobre la historia de España, y de Andalucía, para más señas. He aquí una muestra: «En general, en la Andalucía medieval había dominadores y dominados. Judíos y cristianos eran ahl al-dhimma, sujetos de segunda clase, sometidos por la sharia musulmana a toda clase de restricciones. Esas condiciones humillantes no se aplicaron siempre con igual rigor en todos los lugares ni en todas partes, pero los dominadores las impusieron a conciencia: se trataba de hacer comprender a los dominados el interés en aceptar la verdadera religión. Quienes rehusaban la situación se convertían en toda una psicología de la humillación. Ibn Jaldún la ha descrito con detalle en el siglo XV» (p. 273).
Rémi Brague
Ediciones Encuentro