¿Qué hace un diácono permanente?
En nuestra diócesis tenemos seis candidatos formándose actualmente para este ministerio
¿Cómo definiría lo que es un diácono permanente?
Es uno de los grados del sacramento del Orden sacerdotal, y lo reciben los obispos, los presbíteros y los diáconos. El diácono recibe el sacramento para ser signo e instrumento de Cristo servidor: la palabra diácono significa el que sirve. Cristo dijo que había venido no para que le sirvieran, sino para servir, y para dar la vida por todos.
¿Por qué es una vocación tan poco conocida?
En realidad, el diaconado tuvo una gran difusión en la Iglesia antigua, sobre todo en el ejercicio del servicio a los más necesitados. Luego, sobre todo a partir del siglo VII y VIII, con el surgimiento de todas las instituciones de la Iglesia que se ocupaban de los pobres, dejaron de ser tan necesarios. Pasó a ser simplemente un grado para acceder al sacramento del sacerdocio. Pero en el Vaticano II se volvió a reflexionar sobre los orígenes de la Iglesia y sobre el diaconado, y se estableció, a partir del año 1964, que se instaurara de nuevo el diaconado como un estado permanente en la Iglesia, que podían recibir, incluso, hombres casados. En la Iglesia antigua los hombres casados también recibían el diaconado.
Ahora mismo, ¿cómo está el mapa del diaconado permanente en el mundo?
Hay torno a 70.000 diáconos en todo el mundo. En España tenemos unos 400. Hoy, en un mundo en que hay tanta pobreza, tanta dificultad, personas mayores, enfermas, la Iglesia tiene que llegar a ellos y los diáconos permanentes son sin duda uno de los medios más hermosos que tenemos para llegar a todas estas personas como hacía Jesucristo, a través de la cercanía, el consuelo y el amor.
Para poder ejercer como diácono permanente son necesarios unos requisitos, tanto en la formación como en la vida personal
Si, en cuanto a los hombres casados, deben de llevar más de 5 años de casados; por otro lado, han de ser mayores de 35 años, con una edad máxima en torno a los 60. Además, han de tener estudios, porque los diáconos también ejercen la labor de predicar la palabra de Dios, celebran el sacramento del bautismo, puedan casar, dar formación a los padres que van a bautizar a sus hijos o a los que se preparan para el matrimonio, etc.
¿Qué papel juegan las mujeres en todo esto?
La esposa debe, no sólo estar de acuerdo y dar el visto bueno, sino que incluso tiene que firmar que acepta la vocación de su esposo. Han de ser conscientes de que va a suponer un sacrificio. Sin embargo, el matrimonio y la familia sigue siendo la primera vocación del diácono casado y bajo ningún concepto debe verse mermada, disminuida, o dificultada por ser diácono, sino todo lo contrario: ser diácono implica una actitud de espíritu de servicio, donde primero tiene que ejercerlo es en la familia, con su esposa, sus hijos y sus familiares. Pero va a suponer que también los fines de semana, cuando tenga que ejercer algún servicio o ministerio, eso restará tiempo a la familia. Así que la esposa tiene que estar en disposición de aceptar eso y apoyarlo.
En su vida cotidiana, hay diáconos permanentes profesionales de la medicina, arquitectos, y hay también hombres sencillos, gente que trabaja en el campo, profesores universitarios… De lo más variado.
En España ¿qué diócesis destacan en este aspecto?
La primera en la que se ordenó un diácono fue en Barcelona, en el año 1980, por eso es una de las más que tiene: 45. Pero Sevilla tiene unos pocos más, 52. Luego en Madrid hay unos 25, y que tengan entre 15 y 20 hay varias diócesis como Valladolid, Huelva, Málaga, Valencia, Cádiz… Sin embargo, no se trata de ser diáconos para suplir porque falten sacerdotes. Los diáconos cuentan con un don de Dios, como es la gracia del sacramento del Orden, para hacer el bien y servir a los demás.
Esta Hora / Iglesia en Asturias