El libro del conocimiento: una versión moderna del «seréis como dioses»
Enma ha accedido a contar su caso. Ella perteneció a ese 1 % de la población miembro de una secta. Sin embargo, no quiere dar su nombre real. Es tajante. Tiene miedo a algún tipo de represalia por parte de la secta en la que fue captada, El libro del conocimiento.
Su historia comienza en un momento de vulnerabilidad. «Me había ido de España por la crisis económica y un tiempo después tuve que volver». Al llegar, «caí enferma y estuve un año sin poder trabajar. Además, no me quedaban prácticamente amigos y no tenía soporte familiar», rememora.
Ante este cuadro, Enma consultó todos los médicos posibles y ninguno acertaba en el diagnóstico. «Entonces, primero probé con la acupuntura y poco a poco fui subiendo peldaños y terminé por experimentar con todas las prácticas esotéricas: reiki, constelaciones familiares…». La sorpresa llegó cuando «me curé. Parecía que tenía 20 años menos».
Pero con la sanación, le sobrevino una enfermedad mucho más peligrosa: la normalización de cualquier práctica esotérica o sectaria. Por ello, cuando una chica en un encuentro fortuito le habló por primera vez de El libro del conocimiento, Enma no se percató del peligro «y le terminé pidiendo una copia para echarle un ojo». La joven, sin embargo, «me dejó unas fotocopias y me presentó a su supuesto profesor, que me hizo una explicación de todo el universo. Yo tan solo asentí cada uno de los puntos».
Conectar el aura
«Lo primero que me pidieron fue firmar un documento que venía a decir que yo quería ser miembro de esa asociación cultural», asegura Enma. Y, seguidamente, «tuve que hacer una llamada telefónica conectando mi aura con una señora en Turquía, que es la autora del libro, y tenía que recitar una fórmula».
Con la firma, empezaron las mentiras y, sobre todo, la manipulación mental para dejar claro que nadie podía dejar la secta. Su doctrina se basaba en «el pasaje bíblico del Génesis, en el que Dios prohíbe a Adán y Eva comer del árbol de la ciencia del bien y del mal. Con la llamada a la autora del libro y con el estudio del propio libro, los miembros de la secta conectan su aura con el sistema, que es lo que nosotros llamaríamos Dios». Al final es una versión moderna «de la tentación diabólica del “seréis como Dios”».
La historia de Enma tuvo un final feliz. Su pertenencia a la secta le generó tal conflicto interior, «hasta el punto prácticamente de la parálisis», que decidió luchar para abandonar la manipulación constante a la que estaba sometida. Entonces, cortó contacto con el grupo y se puso a rezar e investigar.
Enma pone punto y final a la entrevista con Alfa y Omega con dos consejos, «más formación para prevenir y nunca soltarse de la mano de Dios», y una advertencia: «Estad preparados porque El libro del conocimiento tiene dinero y cuenta con un abogado que suelen utilizar para intimidar a quienes airean sus métodos».