En el cuarto de estar con María
«María es la obra maestra de Dios, elegida entre todos los humanos para ser Madre de Dios. En ella vemos el resultado de la acción del Señor, lo que sucede a un ser humano cuando acoge plenamente el Espíritu Santo, que se convierte en resplandor de bondad, de amor, de belleza», dijo el cardenal Osoro la semana pasada en la parroquia de la Virgen de la Paloma, durante una de las catequesis con motivo del Año Jubilar Mariano que está viviendo la catedral de la Almudena a los 25 años de su dedicación por san Juan Pablo II. El arzobispo ofrece desde noviembre estas catequesis en diferentes parroquias de todas las vicarías de la diócesis, y lo hará hasta el mes de marzo.
«Para nosotros ha sido una iniciativa muy bonita de acercarse a la parroquia como un pastor que predica, que da palabra, que da alimenta el rebaño», asegura Gabriel Benedicto, párroco de La Paloma.
El cardenal está ofreciendo en cada vicaría tres catequesis distintas, en tres parroquias: sobre la Anunciación, sobre el magníficat y sobre la Visitación, abiertas a todos los fieles de Madrid. Pero cada una tiene su tono particular. Por ejemplo, al día siguiente de visitar La Paloma fue a la parroquia de la Presentación de Nuestra Señora, donde se puso a rezar con los niños de un belén viviente; luego, al hilo de la catequesis para toda la parroquia, compartió con todos una carta que le había escrito uno de los internos a los que suele visitar en la cárcel de Soto del Real.
«Fue una alegría porque estuvo muy cercano, y dio la oportunidad para que surgieran cosas que de otro modo no habrían salido», dice Gabriel. Por ejemplo, «unos jóvenes le invitaron a la representación que han hecho sobre el libro de Tim Guénard Más fuerte que el odio, y el cardenal les ha dicho que vendrá. Otros le dieron un donativo para los pobres, y eso le conmovió mucho, porque al día siguiente lo mencionó en la catequesis que dio en la Presentación. Luego le invitaron a tomar unas pizzas un día…».
«Fue un tú a tú estupendo» que además del encuentro personal «nos ha invitado a todos a la misión y a la evangelización, porque nos ha insistido mucho en la necesidad de ir al encuentro de los alejados y de aquellos que tienen sus sufrimientos».
«Una mujer normal»
Ese tú a tú lo llamó el cardenal en La Paloma «este cuarto de estar con la Virgen», al que «vamos a hablarla»,.
En ese cuarto de estar «nos está diciendo: mira ¿quieres alguna cosa? ¿te falta esto? ¿tienes mal? Remítete, te remito a mi Hijo, escúchalo, acógelo en tu vida, haz lo que te indica Él», porque a la Virgen «nos la regala Jesús en el momento cumbre de su vida, cuando estaba entregando la vida» en la Cruz, y desde entonces «la metemos en nuestra vida, contamos con ella».
El arzobispo resaltó también la santidad cotidiana de María, que es «una mujer normal: trabaja, sale a coger cosas, supongo que plantaría algo, estaría con su esposo, san José, ayuda a su hijo, ayuda a su marido… Es una mujer normal, pero ha tenido tal capacidad para acoger a Dios que la hace diferente».
Por eso, a la hora de imitarla, «hay que acoger a Dios, a este Jesús, en nuestra vida», y luego «hacer una vida normal, capaces de dar la vida por el otro, de ayudarle, de establecer relaciones positivas buenas, de levantar al que está caído, de no despistarme».
La próxima catequesis del cardenal Osoro por el Año Jubilar Mariano tendrá lugar el 30 de enero en la parroquia San Ramón Nonato, a las 19:00 horas. El programa con el resto de catequesis se puede consultar en archimadrid.es.