Hace mucho que no teníamos un texto publicado, de cierta extensión y de alta divulgación, del obispo de Almería, monseñor Adolfo González Montes, uno de los teólogos más preclaros de nuestro actual panorama. La oportunidad de la publicación en español, por primera vez, de uno de los libros claves en la bibliografía de Louis Bouyer, Del protestantismo a la Iglesia, que ahora nos ocupa, nos brinda esta agradable sorpresa. Con lo que esta edición incluye dos textos de referencia: la amplia introducción contextual, de carácter histórico descriptiva del pensamiento de Bouyer, escrita por el profesor González Montes, y el clásico de la literatura teológica del siglo XX, una obra de clara voluntad de diálogo con el protestantismo desde sus propios presupuestos. Una oportunidad editorial nada desdeñable.
Es cierto que Louis Bouyer está ahora de moda, en determinados ambientes teológicos y eclesiales, por otras obras suyas. Una moda reduccionista en los planteamientos y en las formas del pensamiento teológico histórico de quien nació en una familia luterana, fue ordenado pastor de esa Iglesia, fue recibido en la Iglesia católica, ordenado sacerdote y se convirtió en uno de los teólogos más influyentes en la reforma de la eclesiología, la liturgia y la espiritualidad. Como afirma el prologuista, «la teología es para Bouyer confrontación apasionada y recepción libremente realizada de cuanto puede arrojar la necesaria luz sobre la identidad del catolicismo, convirtiendo de este modo a John Henry Newman en “un posible contemporáneo”». El libro que nos ocupa es una exposición de cómo el protestantismo, a pesar de sus intuiciones positivas sobre la que era imperiosa reforma de la Iglesia, «termina por sucumbir a un estéril anticatolicismo». Bouyer quiere mostrar con este libro –según las palabras iniciales del obispo de Almería– «de forma apasionada y fehaciente en la argumentación, con gran énfasis, que las intuiciones teológicas más acertadas de Lutero, Calvino y los reformadores del siglo XVI fueron de hecho convertidas por el protestantismo en agria polémica con Roma, en un sistema de afirmaciones de descalificación del catolicismo que comenzó cristalizando en el sistema teológico de la ortodoxia protestante, que había de ser abandonado por los que Bouyer califica de revivales protestantes ya desde el siglo XVII».
Es mucho el transfondo que aparece explícita e implícitamente en el desarrollo de los capítulos del libro. Un texto en el que combina la reflexión teológica, la dimensión existencial y testimonial y la pretensión de poner en evidencia la identidad. Aborda, entre otras, cuestiones nucleares como la salvación gratuita de Dios, la soberanía de Dios, la justificación por la fe y la religión personal, la autoridad soberana de las Sagradas Escrituras, es decir los clásicos soli gratia, soli Deo gloria, sola scriptura, sola fides que, según el autor, solo pueden cumplirse como impulsos de renovación verdaderos en la Iglesia católica. Es estremecedor leer en el prefacio escrito por Bouyer que «este libro es un testimonio. Dice sencillamente la vía por la cual la adhesión a la Iglesia católica ha llegado a imponerse a la conciencia de un protestante. No fue un disgusto cualquiera lo que le alejó de la religión que había alimentado su infancia protestante. Pero el mismo deseo que tenía de profundizarla, de desarrollarla plenamente le condujo poco a poco a descubrir que había un irreconciliable oposición entre el protestantismo, como movimiento espiritual de inspiración auténticamente evangélica, y el protestantismo, como institución, o conglomerado de instituciones, hostiles entre ellas al mismo tiempo que hostiles a la Iglesia católica».
Louis Bouyer. Prólogo de monseñor Adolfo González Montes
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