Francisco advierte de que, sin familias y la ayuda del Espíritu Santo, no hay transmisión de la fe

El Papa ha bautizado es domingo, fiesta del Bautismo del Señor, a 34 bebés (18 niñas y 16 niños) en la Capilla Sixtina. E igual que años anteriores, ha invitado a las madres a dar el pecho en público si necesitan hacerlo, porque eso es usar el «lenguaje del amor».

«Si comienzan a hacer el concierto (llorar) porque no están cómodos, tienen calor, o tienen hambre, dadles de amamantar, sin miedo, porque también esto es un lenguaje de amor», dijo Francisco durante la Misa.

El Papa hizo el signo de la cruz en la frente de cada niño, después de que los padres pronunciasen en voz alta su nombre, en una ceremonia que ya se ha convertido en una tradición anual del primer domingo del año después de la Epifanía. Se trata de una costumbre que inició san Juan Pablo II en 1989 para recordar el día en el que Jesús fue bautizado en el río Jordán y dio inicio a su vida pública. Con esta festividad concluye el tiempo litúrgico de Navidad.

En la homilía, que pronunció sin papeles y de forma totalmente improvisada, el Pontífice recordó a los padres y padrinos que la principal tarea que tienen ahora por delante es la de transmitir la fe a los niños: «Vosotros traéis al Bautismo a vuestros hijos. Este es el primer paso para aquella tarea que tenéis de la transmisión de la fe. Tenemos necesidad del Espíritu Santo para transmitir a fe, solos no podemos. Poder transmitir la fe es una gracia del Espíritu Santo», señaló.

Francisco explicó que la transmisión de la fe «solamente puede hacerse en el “dialecto”» que se usa en la familia. «Después vendrán los catequistas a desarrollar esta primera transmisión. Con ideas, explicaciones, pero no os olvidéis de que se hace en dialecto. Y si falta el dialecto, si en casa no se habla entre los padres la lengua del amor, la transmisión no es tan fácil, no se podrá hacer», advirtió.

El Papa pidió no olvidar la lengua de los niños: «Ellos hablan como pueden, pero le gusta mucho a Jesús». Finalmente exhortó a los padres a rezar de manera sencilla con sus hijos.

El carné de identidad de creyente

Tras la Eucaristía, Francisco acudió, como cada domingo, a su cita dominical con los fieles en la plaza de San Pedro para el rezo del Ángelus, en la que se refirió al bautismo como el «carné de identidad del creyente».

Como en anteriores ocasiones, el Obispo de Roma invitó a cada uno a marcar en el calendario la fecha de su propio bautismo, porque «olvidarlo significa exponerse al riesgo de perder la memoria de aquello que el Señor ha hecho en nosotros, terminando por considerarlo solo como un hecho que ha acontecido en el pasado y no el Sacramento por el que nos hemos convertido en nuevas criaturas y hemos sido revestidos de Cristo, injertados en la relación de Jesús con el Dios Padre».

Gracias al bautismo –añadió– los cristianos son «capaces de perdonar y de amar a los que les ofenden».