Osoro a los capellanes universitarios: «Si alguien te quiere mal, siéntale a tu mesa o siéntate en la suya»
Este viernes, 20 de octubre, el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha mantenido un encuentro con capellanes universitarios y representantes de la Pastoral Universitaria madrileña. Enmarcada en el inicio del curso pastoral, la jornada se ha desarrollado en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense
La capilla ha sido el punto de encuentro que, a los pies del Señor y en actitud orante, ha congregado a los capellanes y a los representantes universitarios presentes. «La paz solamente llega a nuestras vidas cuando acogemos los mandatos del Señor», confesaba el prelado desde el altar de en un acogedor oratorio que sabe mucho de rogativas y sueños. A su lado, el delegado episcopal de Pastoral Universitaria, Feliciano Rodríguez, acompañaba las palabras y la oración que guiaba el pastor de la Iglesia que peregrina Madrid. Tras el rezo inicial, el arzobispo alentó a los presentes a guardar «en lo más profundo de su corazón» las palabras del Señor. «A nuestros oídos llegan muchas cosas», dijo, «pero solo su Palabra nos da la paz, no nos hace tropezar en el camino y nos sitúa en sus mandatos».
«No devolváis mal por mal»
El arzobispo, además, les animó a vivir la fraternidad: «Vivamos el gozo de la fraternidad, la dulzura y la delicia que es vivir y convivir los hermanos unidos». Una misión, según recordó, que guarda unas «exigencias profundas» y que nos sitúa, al hilo del apóstol Pablo, «en otra perspectiva distinta de donde nos sitúa el mundo». Por tanto, «no devolváis mal por mal, no seáis vengativos» y «si hay alguien que te quiere mal, siéntale a tu mesa o siéntate a su mesa». Buscar la paz, construir la fraternidad y, además, «pedir ayuda al Señor» para que, como rezaba el Salmo 139, «nos defienda de la mano perversa». Y que en ese camino y con esa mirada, «no perdamos nunca la perspectiva que Él nos da y la dirección por la que Él camina».
Con esos tres preceptos, el cardenal se comprometió a tenderles su mano y reavivó su trascendental ministerio para «vivir de su presencia y marcar nuestra vida por la dirección que Él nos regala», de modo que, al terminar el día, «podamos dar gracias porque nos concede siempre esperanza, y nos la regala para que nosotros la entreguemos».
Un encuentro señalado y especial
Tras la oración, los participantes se reunieron en una sala anexa para compartir con su arzobispo sus experiencias, sentimientos e inquietudes, en torno a la labor que están realizando en la pastoral y en las diferentes universidades.
En un ambiente cercano y fraterno, los capellanes y representantes de la Pastoral Universitaria departieron sobre la acogida de su quehacer diario y universitario, los focos de hostilidad que, según ellos, son cada día menores, las sensibilidades que se encuentran en sus ambientes, el voluntariado que les acompaña, las jornadas culturales que celebran… Un encuentro señalado y especial que el pastor de la Iglesia de Madrid ha correspondido y animado con su presencia y su testimonio, con la esperanza puesta en un Dios que, como ha concluido el prelado, «es acogido en el corazón de las personas, me abre a los hermanos, quita miedos» y «en quien tenemos que tener una confianza absoluta».