«Su felicidad es proporcional a su miseria»
200 jóvenes de Regnum Christi participan estos días en diferentes misiones de verano. «Vuelven impactadísimos», dice una de las coordinadoras
Guinea Ecuatorial, México, Calcuta o Filipinas son algunos de los destinos a los que llegan este verano los más de 200 jóvenes que participan en las propuestas misioneras del movimiento Regnum Cristi en España. Desde finales de junio y durante los meses de julio y agosto, los jóvenes misioneros colaboran con los párrocos locales ayudándoles a hablar de Jesús, dando catequesis y preparando a las personas para encontrarse con Dios en los sacramentos. También visitan a enfermos, ancianos, presos y olvidados, y apoyan en tareas educativas e higiénico-sanitarias, o en proyectos de rehabilitación de casas o creación de infraestructuras.
Olga Quiñones, es la responsable de voluntariado de Cumbres School de Valencia, acaba de llegar de México, donde ha acompañado a 17 jóvenes de 17 años en la misión del volcán de Orizaba, en el estado de Veracruz. «El párroco de la zona lleva 19 pueblecitos, y nos pidió dar catequesis a los habitantes de esos pueblos. Cada día íbamos a uno de ellos y allí a los niños les hablábamos de Dios con talleres y juegos. También visitábamos las familias en sus casas y rezábamos con ellos», explica Olga.
«A todos nos ha llamado mucho la atención la pobreza en la que vivían todas estas familias. Pero nos impactó mucho más que la felicidad de las personas era proporcional a la miseria con la que vivían. Ellos no tienen ni agua, pero lloraban cuando llegábamos a sus casas. Es increíble la fe que tienen, te dan lecciones. Te das cuenta de que no vas a salvar el mundo, sino que te están salvando ellos».
Para Olga a los jóvenes esta experiencia «les ha hecho darse cuenta de que en realidad somos unos privilegiados, y desde el primer momento se han desvivido con los niños y con las familias en la misión».
Olga recuerda especialmente a una señora que llegó un día «pidiéndonos un tejado para su casa, y entonces los chicos hicieron una colecta improvisada con el dinero que tenían para sus gastos y al final pudimos comprarle el tejado a esa señora. Ella estaba feliz, pero los chicos también».
Todos esos jóvenes han vuelto a España «impactadísimos. El último día hicimos un balance, y todos coincidían en lo mismo: no quejarnos, dar gracias a Dios por lo que tenemos… Han venido supertocados, ¡y ya han pedido otra misión para el año que viene! Les ha compensado más todo lo que reciben de los niños y de las familias que todo lo material que puedan tener aquí», reconoce Olga.
Guinea Ecuatorial, la selva maya en México y Letonia son los destinos que ha programado Juventud Misionera, la obra del Regnum Christi que coordina las actividades misioneras para jóvenes. A ellas hay que sumar otras iniciativas como las misiones humanitarias en Argentina, en Ciudad Oculta y Villa Miseria, promovidas por la Universidad Francisco de Vitoria, o las que tendrán lugar dentro de unos días en Calcuta y en Manila, Filipinas. En total son cerca de 200 jóvenes.
En este momento, un total de 65 jóvenes de bachillerato, coordinados por Juventud Misionera, se encuentran en la Prelatura de Cancún-Chetumal, en plena selva maya, en la península de Yucatán. Aquí, además de colaborar con las parroquias locales, apoyan con el trabajo pastoral en cárceles, rehabilitando casas, en programas de educación en valores y promoviendo de diferentes formas un desarrollo sustentable para la zona.
Por otro lado, un grupo de profesores de Everest School Monteclaro está apoyando al colegio Mano Amiga de Guatemala. Ambos colegios están hermanados, y ambos son obra del Regnum Christi. Un colegio Mano Amiga es un centro educativo para familias sin recursos, que a través de la educación promueve el desarrollo de la zona local en el que se inserta. En Mano Amiga Guatemala se forman 187 alumnos desde los 2 años hasta Primaria.
En breve partirán hacia la diócesis de Ebebiyin, en Guinea Ecuatorial, un grupo de 20 jóvenes, entre 18 y 32 años. A las órdenes de los párrocos locales, impartirán catequesis, acompañarán a grupos de jóvenes, matrimonios, monaguillos, familias con necesidades, etc. Organizarán, además, la Jornada diocesana de jóvenes de Ebebiyin a las órdenes del obispo, a la que acudirán también jóvenes de Camerún y Gabón. En este mismo continente, hasta Adís Abeba han acudido 15 estudiantes del Colegio Mayor Francisco de Vitoria.
Calcuta es otro de los lugares a los que acudirá en breve un grupo de 14 jóvenes y varios formadores. Colaborarán con las Misioneras de la Caridad, la congregación fundada por la Madre Teresa de Calcuta, y estarán apoyando en el cuidado de los más pobres entre los pobres de la India: enfermos de sida, leprosos, niños y ancianos abandonados…
El otro destino en el continente asiático es Filipinas. En la ciudad de Manila, un grupo de jóvenes misioneras de Barcelona va a colaborar en un campamento de fútbol para niños y niñas en situación de pobreza. Es el primer año que se organiza, por lo que los misioneros participarán en la organización y diseño prácticamente de todo el proyecto. Además, este trabajo les llevará a colaborar con las Misioneras de la Caridad y con un Hospital Infantil.
De la Universidad Francisco de Vitoria acaba de regresar un grupo de 19 jóvenes que ha estado trabajando en algunos de los lugares más marginales de Buenos Aires. Ancianos abandonados, enfermos mentales, niños en extrema pobreza… son algunas de las personas con las que se han encontrado y a las que han cuidado durante estos días.
Entre estos lugares se encontraban Ciudad Oculta, llamada así porque se tapió con motivo del Mundial de Fútbol de 1978 que acogió el país, y Villa Miseria, un lugar cuyo nombre también describe la realidad del lugar.